Historias de las periferias se toman el Sínodo de la familia: el acompañamiento a los divorciados y a sus hijosEl Papa Francisco y 270 padres sinodales se han conmovido cuando un padre sinodal contó a la Asamblea que mientras celebraba una misa de primeras comuniones, un niño que se acercó con su mano extendida al altar, luego ha partido la hostia de consagrar en dos, por voluntad propia, y la ha compartido con su papá y su mamá que lo acompañaban, pero que siendo divorciados no podían recibirla directamente. Un gesto inconsciente del niño, que no sabía lo que hacía, pero que pone sobre la mesa el problema del adecuado acompañamiento a estas familias.
Durante la reunión cotidiana con la prensa, el padre Manuel Dorantes, secretario para el español de la dirección de la Sala de Prensa del Vaticano, narró a la prensa la anécdota este jueves 15 de octubre.
[protected-iframe id=”de15636a276fc8bfe377c0f9aa7570ea-95521288-92902675″ info=”http://video.repubblica.it/embed/vaticano/sinodo-uno-dei-vescovi-un-figlio-di-divorziati-spezzo-l-ostia-per-darla-ai-genitori/214817/213998&width=570&height=321″ width=”570″ height=”348″ frameborder=”0″ class=”rep-video-embed” scrolling=”no”]
De hecho, el Sínodo entró en pleno del tema de los separados y divorciados. La tercera parte del Instrumentum Laboris sobre la familia y la evangelización es el marco general que engloba esta temática.
En la rueda de prensa de este jueves, se explicó que entre ayer por la tarde y esta mañana han sido un total de 93 las intervenciones de los padres sinodales. Y muchas de ellas han tratado precisamente de la situación de los divorciados vueltos a casar por lo civil que quieren acceder a la comunión.
Al respecto, la Iglesia admite que tiene “el deber de pedir a los cónyuges separados y divorciados que se traten con respeto y misericordia, sobre todo por el bien de los hijos, a los cuales no hay que procurar más sufrimiento”, se lee en el punto 108. Asimismo, algunos piden que también la Iglesia demuestre una actitud análoga respecto a quienes han roto la unión.
Otro problema es que muchos niños no siguen el camino de la fe luego del fracaso de la relación de pareja de sus padres. En el Instrumentum Laboris en estudio se acepta que “siempre es una derrota, para todos”.
Por eso, “en cualquier caso, hay que promover la justicia respecto a todas las partes implicadas en el fracaso matrimonial (cónyuges e hijos)”, se insiste en la reflexión en acto.
En este caso, los padres sinodales del círculo menor en idioma alemán defienden la doctrina actual, al mismo tiempo exhortan a presentar mejor el matrimonio cristiano. Sin embargo, subrayaron que la Iglesia católica no tiene la autoridad de cambiar lo que dicen las Escrituras sobre el matrimonio o de intervenir sobre la palabra de Dios.
En general, se habla del arte de acompañar, considerar a los separados y divorciados que siguen fieles al vinculo, y ser coherentes con la enseñanza de que Dios nunca abandona.
Para afrontar estas y muchas otras situaciones, se habló de la necesidad de una pastoral familiar concreta, no solo de organización de eventos puntuales. Durante la Congregación General de ayer en la mañana los diversos círculos menores presentaron el resultado de sus reflexiones sobre la segunda parte del Instrumentum Laboris a los Padres Sinodales. Ahora, los círculos se concentrarán en la tercera parte: La misión de la familia hoy.