El director de Gremlins ha ido de fracaso en fracaso... para convertirse en cineasta de culto
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 13 AÑOS – El lenguaje y las escenas de contenido violento o sexual pueden herir la sensibilidad
Ahora que acaba de arranca el festival más importante de cine fantástico, probablemente del mundo, Sitges, les voy a proponer una cinta que ni si quiera este ilustre festival tuvo el gusto de reconocer. Es evidente que la oferta cinematográfica es inconmensurable y que a veces es imposible abarcarlo todo pero resulta especialmente chocante que Sitges no se detuviera en un cineasta como Joe Dante, al que ha demostrado en numerosas ocasiones tenerlo en muy buena estima.
Dante es, para entendernos, el primo segundo de Steven Spielberg. Durante años trabajó bajo su sombra con éxitos como Gremlins o El chip prodigioso pero llegó un momento en el que el público le dio la espalda y entonces dejó de interesarle al mismísimo Spielberg porque ya no era un negocio. Aun así no se crean. Dante era el primo segundo rico, porque John Landis por ejemplo, era el primo segundo pobre. Pero bueno, esa es otra historia.
El caso es que Dante filmó Gremlins 2 y entonces se estrelló con todo el equipo. Con un presupuesto de cincuenta millones de dólares en Estados Unidos no pasó de los cuarenta y un millones de recaudación. El descalabro fue tal que Spielberg y Dante no volvieron a coincidir, desde luego se olvidó cualquier posibilidad de un Gremlins 3 y ahora que se habla de un reinicio de la franquicia acuérdense que Spielberg estará en el ajo pero seguramente Dante no.
Sin embargo Joe Dante a partir de entonces se convirtió en un cineasta de culto. Aunque filmó una pequeña joya como Matinee su carrera ha fluctuado desde entonces entre el cine y sobre todo la televisión. En más de veinte años Dante ha rodado tan solo cinco películas. Además de la citada Matinee, dirigió Pequeños guerreros, Looney Tunes. De nuevo en acción, Mi3Dos y Burying the Ex. Dante ha ido de fracaso en fracaso pero sus fans se han multiplicado por todo el mundo. Su gusto por la serie B, su ácido sentido del humor y su reconocida facilidad para enturbiar los entornos mundanos hasta atrofiarlos y convertirlos en puro pastiche pulp le han reportado una merecida simpatía por parte del aficionado.
Su última película, Burying the Ex, pasó con más pena que gloria. Tanta, o mejor, tan poca, que ni un solo festival de prestigio se acordó de ella y a día de hoy todavía anda esperando un estreno digno. Es curioso como un director puede pasar de ser un gurú del género a un completo donnadie. Burying the Ex nos cuenta la curiosa historia de un joven que quiere dejar a su novia pero no lo consigue ni después de muerta. Obviamente el film es un chiste, es a lo máximo que, por lo visto, puede aspirar Dante si quiere que alguien le financie sus películas.
Al menos su nombre sigue significando algo para un montón de gente porque de otro modo hace tiempo que habría desaparecido como un realizador de encargo del montón. Y eso que a Dante no le ha quedado más remedio, si quería seguir comiendo de esto de contar historias con una cámara, que ponerse a dirigir episodios de televisión de series como CSI. Nueva York, Splatter o Hawaii 5.0.. Aun así Joe Dante sigue manteniendo su idiosincrasia, la de un cineasta personal y difícilmente sustituible que a trancas y barrancas ha logrado preservar su nombre que no su bolsillo.
Pese a todo Dante, insisto, sigue significando algo. Aunque sus proyectos se anuncian y se eternizan de forma casi agónica, debido fundamentalmente a problemas de financiación, lo interesante es el hecho de que Joe Dante sigue teniendo proyectos y eso es lo importante. De momento el director de Gremlins tiene en cartera The Man With Kaleidoscope Eyes un curioso biopic sobre su maestro y mentor, Roger Corman, un cineasta que filmó más de medio centenar de películas y que ha producido más de cuatrocientas películas, como dice su biografía, “…sin perder un solo dólar”. Y sigue produciendo.
A Joe Dante le gusta demasiado el cine como para dejarlo a un lado y eso se nota y mucho en su cine. Tal vez por esto sigue al pie del cañón aunque seamos muy pocos los que esperamos su siguiente película. No ha contado grandes historias ni ha definido a grandes personajes y tampoco ha relatado grandes gestas. Su cine es corriente y moliente, habla de tipos normales a veces incluso un poco ineptos, pero buena gente en el fondo. Lo interesante de su cine radica en su forma, en sus guiños, en su amor a lo que hace. El cine de Joe Dante es pasión por lo que hace, pasión por el cine y eso, no se crean, no se ve todos los días.