11 niños, entre las 161 víctimas mortales del alud de Guatemala
Campaña de Cuaresma 2025
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Las secuelas de la catástrofe del pasado 1º de octubre en El Cambray II, distrito de Santa Catarina Pinula, en las inmediaciones de la capital de Guatemala, siguen conmoviendo al país centroamericano y al resto de la región, que se ha volcado en ayuda a los damnificados por el alud que ha dejado hasta ayer martes 161 víctimas mortales y más de 600 desaparecidos, temiéndose que muchos de ellos estén enterrados bajo toneladas de lodo y piedras.
El director de incidentes de la estatal Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), Sergio Cabañas, dijo que cuadrillas de socorristas, incluido un grupo de mexicanos que apoyan con perros entrenados, reiniciaron la tarea de rescate 6 a. m., hora local, para tratar de encontrar algún sobreviviente o recuperar cuerpos sin vida.
Sin embargo, Cabañas reconoció que será difícil encontrar sobrevivientes debido al tiempo transcurrido desde la tragedia, la noche del jueves pasado, cuando el deslave de tierra arrasó con unas 125 viviendas en la aldea Cambray II en el municipio de Santa Catarina Pinula, 15 kilómetros al este de la capital.
Once encontraron antes a Jesús
Y una historia que conmueve aún más el corazón de los católicos en este país es que once menores de edad que iban a tomar su primera comunión en la iglesia de Santa Catarina Pinula el 4 de octubre, finalmente no pudieron hacerlo: son parte del recuento de las víctimas de la tragedia.
El domingo pasado, 22 niños tomaron su primera comunión mientras que, en el mismo templo se velaron dos cuerpos de los pequeños, apenas recuperados y revestidos –en su ataúd—con el traje de fiesta con el que iban a recibir la Sagrada Comunión por vez primera en su vida.
“Usualmente se hace un almuerzo en la casa, con música, y se celebra, pero hoy no haremos nada por respeto a los 11 niños que no pudieron venir a su primera comunión”, comentó Raúl Salazar, un padre que llevó a su hija de 7 años para que recibiera el sacramento.