Tras 45 días en coma, Camila hoy vive una vida prácticamente normal
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Muchos fueron a dormir pendientes y madrugaron. Otros, sobre todo en su provincia, ni durmieron. No fue para esperar un encuentro de fútbol o una final olímpica en el otro punto del planeta. No era para ver la entrega de los Óscar. Fue para esperar el resultado de una reunión médica en Roma en la que se debatiría un posible milagro adjudicado a la intercesión del Cura Gaucho, beato José Gabriel Brochero. Y el esfuerzo, lleno de oración y hecho oración, valió la pena.
“Con mucha alegría podemos compartir con todos que la junta médica ha dicho que (el hecho estudiado) superó la ciencia y que por lo tanto está camino a la canonización nuestro querido cura Brochero”, contó casi en tiempo real vía mensaje grabado el Obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera, al pueblo de Traslasierra que estaba en vigilia aguardando la reunión de los siete médicos.
El milagro analizado involucraba a Camila Brusotti, una niña sanjuanina de 9 años atacada a golpes por su madre y su padrastro en 2013. El diagnóstico inicial era que si la niña sanjuanina sobrevivía, quedaría en estado vegetativo. Tras 45 días estuvo en coma Camila hoy vive una vida prácticamente normal, en un hecho que la junta médica no pudo explicar desde la ciencia, y que una comisión teológica analizará ahora si, como se intuye, esa curación milagrosa es debido a la intercesión del Beato Brochero. Si ésta segunda así lo verifica, restaría sólo un decreto del Santo Padre, previa consulta con los cardenales, aprobando la Canonización.
Brochero sería así el primer santo argentino no mártir, el primero en nacer, vivir, y morir en la Argentina, y el segundo después de san Héctor Valdivieso.
José Gabriel Brochero nació el 16 de marzo de 1840 en Villa Santa Rosa. “Madre, quiero ser como el Señor Cura”, dijo de niño, y se preparó en su juventud para ser ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866, a los 26 años. Tuvo una primera opción de vivir heroicamente su sacerdocio cuando a los pocos meses, con la epidemia de cólera, se volcó de lleno a la atención de los enfermos. En 1872 se trasladó a Villa del Tránsito, hoy Villa Cura Brochero.
Inspirado por los ejercicios ignacianos de los jesuitas, el cura se propuso reimpulsarlos en su provincia y encabezaba increíbles cabalgatas de varios días “recolectando” fieles para sus retiros. Ésta actitud, y el progreso y desarrollo promovido en sus pagos, hicieron de su nombre uno reconocido en todo el territorio argentino, en parte gracias al impulso y el apoyo que recibía para sus obras, en parte por las graciosas anécdotas que incluso en vida circulaban de su misión pastoral. En su vejez, al haberse rodeado de enfermos hasta el punto de compartir el mate, enfermó de lepra. Murió ciego y sordo el 26 de enero de 1914. Las reseñas biográficas de la época, incluso en diarios nacionales, dan cuenta del afecto popular del que gozaba el Cura Brochero.
Fue beatificado el 14 de septiembre de 2013, ante 150.000 personas, tras probarse su intercesión en la curación de Nicolás Flores, niño de menos de un año que tras un accidente automovilístico perdió masa encefálica del cráneo. De probarse en la junta teológica su intercesión en este segundo milagro, ambos involucrarían la curación de niños.