Puedes creértelo o no. La realidad es que se han encontrado unos textos antiguos en Andalucía, atribuidos a san Lucas. El estado de estos pergaminos es muy bueno, debido a que se han conservado en un cofre cilíndrico herméticamente cerrado. Sorprendente, ¿verdad? Vamos a contártelo mejor.
Ediciones Palabra ha publicado Cartas de Lucas, de Ángel Cabrero, licenciado en Derecho Civil y doctor en Derecho Canónico, ordenado sacerdote en 1979. Este es el libro que recoge los textos que se mandaban san Lucas, desde Antioquía, y su amigo Teófilo en Roma.
Su estudio ha llevado a concluir y a enmarcar los hechos en la época de la destrucción del templo de Jerusalén, empezando en noviembre del año 70 y acabando a finales del 81.
Pero, un momento. ¿Quién era el tal Teófilo?
Amigo de Lucas, era colaborador cercano del emperador y tuvo una familia raramente numerosa para las costumbres romanas. Toda su preocupación es cómo conseguir que sus hijos sean verdaderamente cristianos. Los sucesos se van complicando hasta que la tragedia ronda a este cristiano romano, siempre ayudado, a distancia, por su amigo Lucas.
El cruce de cartas entre Lucas y Teófilo nos abre un panorama, en parte conocido, de cómo transcurre la evangelización en aquel primer siglo de vida de la Iglesia. Las dificultades para transmitir las enseñanzas de Jesucristo, las persecuciones que se producen, sobre todo después de los graves acontecimientos en los años de Nerón, son preocupantes.
Por supuesto, la intención catequética de san Lucas en sus cartas no se oculta, pues él mismo lo dice así. No obstante, puede ser un libro útil para personas con una formación no muy amplia, ya que les será fácil aprender cuestiones bastante conocidas para el común de los cristianos. Así, ambos tienen su misión en la obra: Lucas enseña y predica, y Teófilo entretiene y sus historias y narraciones son muy atractivas.
Para mostrar la belleza y veracidad del documento editado por Ediciones Palabra, os dejamos una píldora impactante de cómo describe san Lucas un episodio que os sonará: "Muy amado en Cristo, Teófilo: Meditar la muerte de Jesús en esta celda inhóspita, con hambre y frío, con el riesgo de la muerte acechando, es una luz especial. Lo hago siempre desde la perspectiva del pecado, porque es la única forma de entenderlo…".
Como veis, esta intrigante secuencia de cartas entre dos amigos es digna de una buena lectura de corrido.
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Hoy celebramos a...