“La olla de la corrupción política en Honduras está en proceso de estallar”, dice un periodista
Miles de hondureños han salido a la calle este fin de semana para protestar en contra de la corrupción, la pobreza, el analfabetismo, las malas condiciones de salud, producto de la propagación del dengue y la chikungunya, las mafias de la droga, las maras y el acoso policiaco tanto como militar a la población de ese país centroamericano.
Como está sucediendo en Guatemala, la población de Honduras ha dejado atrás la pasividad y ha entrado en una repulsa pacífica en contra de quienes están encargados del gobierno y que no han hecho mucho para sacar del marasmo al país, obligando a miles a salir de él, con destino a México y a Estados Unidos.
El repudio a la política y a la economía se ha centrado en el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, al cuestionar tanto su gestión como a su partido político, el Partido Nacional (PN)
El tema que hizo invadir las calles de Tegucigalpa ha sido el desfalco de más de 350 millones de dólares en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) de 2010 a 2014 en el gobierno del anterior presidente de Honduras, Porfirio Lobo, también del PN.
El escándalo, por el que están presos varios directivos del instituto y empresarios y hay funcionarios en fuga, creció al confirmarse este año que empresas fantasma que gestaron el fraude financiaron en 2013, fueron parte de la campaña electoral que hizo ganar la presidencia a Juan Orlando Hernández como candidato del PN.
"La olla de la corrupción política en Honduras está en proceso de estallar. Pequeñas válvulas ya se abrieron", dijo el periodista hondureño David Romero, director de Radio y Globo Televisión, de la capital hondureña, y figura emblemática de la crisis.
Un cóctel explosivo
Con una población de casi 9 millones de personas, 64.5 por ciento de ésta vive en la pobreza y 42.6 por ciento en la pobreza extrema, lo que hace emigrar a miles de hondureños hacia Estados Unidos, en busca de un mejor porvenir para sus familias.
Además de la pobreza material, en Honduras convive la pobreza educativa. La tasa de analfabetismo total, ronda el 15 por ciento, y en áreas rurales llega hasta el 21.5 por ciento de la población que está mutilada en uno de sus derechos fundamentales.
Pero quizá el tema de la violencia sea el que más preocupa a la población hondureña, pues se ha convertido Honduras en el país más peligroso del planeta con una tasa de 68 homicidios por cada cien mil habitantes y una población de pandilleros (9 de cada diez en las maras) cercana a las 5 mil personas, de una crueldad inusitada.
Además de un raquítico presupuesto destinado a salud, 0.37 médicos por cada cien mil habitantes y una esperanza de vida que apenas si llega a los 71 años en promedio, el país centroamericano debate hoy su destino en las calles, protestando y mirando al mundo, para ver si hay algo más que curiosidad en la mirada internacional.