Pisando las huellas de la misericordia en los gestos y las palabras del Papa
“La Iglesia nos enseña a dar de comer y beber a los que tienen hambre y sed”, explicó el Papa Francisco meses antes del anuncio del Jubileo en abril de 2015. La Iglesia “como buena madre y educadora” pone la mirada en “lo que es esencial; y lo esencial, según el Evangelio, es la misericordia” (Audiencia miércoles 10.09.2014).
A la sazón, en un diálogo anacrónico y simbólico, el poeta italiano, Antonio Barbieri, decía que ‘la escuela del niño es el corazón de la madre’. Así, Francisco recuerda que “la Iglesia nos educa a través de las obras de misericordia”.
Cambiar el mundo significa hacer el bien a quien no puede corresponder
Sin embargo, advierte que no es una enseñanza teórica, porque se transmite con el ejemplo “de los santos, pero también el de tantos hombres y mujeres sencillos”, insistió (cfr. Ídem). Ahora bien, indicó que “no basta con amar sólo al que nos ama. Para cambiar el mundo es necesario hacer el bien a quien no puede darnos nada a cambio” (cfr. Ídem).
“Dame de beber” dijo Jesús, ‘fatigado por el viaje’ a la mujer Samaritana (Jn. 4,6) junto al pozo. El Papa explicó que Jesús con este gesto superó las “barreras de hostilidad entre judíos y samaritanos” y rompió el “prejuicio respecto a las mujeres”. La Samaritana “había ido a sacar agua del pozo y encontró otra agua, el agua viva de la misericordia”.
Romper los prejuicios para ir a encuentro de algo más grande
“El Evangelio dice que los discípulos quedaron maravillados de que su Maestro hablase con esa mujer. Pero el Señor es más grande que los prejuicios, por eso no tuvo temor de detenerse con la samaritana: la misericordia es más grande que el prejuicio”, recordó Francisco (Ángelus, 23 de marzo de 2014).
©JMJ 2013. El Papa en su visita a la favela "Varginha" en Río de Janeiro el 25 de julio de 2013, cuando dijo: "Basta cultura del egoísmo". |
Igualmente como hizo Jesús con la Samaritana, el Papa como peregrino en Brasil, con motivo de la JMJ, manifestó que “habría querido llamar a cada puerta (de los barrios del país), decir «buenos días», pedir un vaso de agua fresca, tomar un «cafezinho», hablar como amigo de casa, escuchar el corazón de cada uno, de los padres, los hijos, los abuelos… (25.07.2013 visita de la comunidad de Varginha).
Dejar lo que parece importante para apagar nuestra sed de amor
Volviendo a la histórica de la Samaritana, la que mejor cuenta el tema de dar de beber al sediento, el resultado del encuentro entre Jesús y la mujer cerca al pozo fue que ella quedó transformada: “dejó su cántaro” (v. 28) […]¡Encontró el agua que buscaba desde siempre! Corre al pueblo, aquel pueblo que la juzgaba, la condenaba y la rechazaba, y anuncia que ha encontrado al Mesías” expuso el Papa.
En este Evangelio, el Pontífice aseguro que cada uno de nosotros tiene un cántaro pesado, “símbolo de todo lo que aparentemente es importante, pero que pierde valor ante el «amor de Dios»”.
Testimoniar la alegría como la Samaritana
De esta manera, cuestionó: ¿cuál es tu cántaro interior, ese que te pesa, el que te aleja de Dios? Dejémoslo un poco aparte y con el corazón escuchemos la voz de Jesús, que nos ofrece otra agua, otra agua que nos acerca al Señor”.
En este sentido, es una invitación a testimoniar la alegría de dar, de ir al encuentro del sediento. “Y contar cuántas cosas maravillosas sabe hacer el Señor en nuestro corazón, cuando tenemos el valor de dejar aparte nuestro cántaro”, indicó Francisco.
Dar de beber al sediento es abrir las puertas de nuestra casa a quien lo necesita para trascender en la acogida y recibir a su vez una bendición. “Porque todo encuentro con Jesús nos cambia la vida y todo encuentro con Jesús nos llena de alegría” hizo repetir, Francisco a los fieles durante el Ángelus, 23 de marzo de 2014.
A veces no sabemos a quién estamos quitando la sed, pero la alegría llega igual. Abraham recibió a tres hombres (algunos piensan que eran 3 Ángeles), los cuales le anunciaron el nacimiento de su hijo Isaac (ver Gn. 19, 1-21). Y, a pesar, de la risita irónica de Sara, así fue.