La aclamada cinta de Verástegui llega ya a las pantallas argentinas
El director Alejandro Monteverde y el actor Eduardo Verástegui repiten la exitosa fórmula de trabajo que desarrollaron con la espléndida Bella (2007) y desde entonces les ha otorgado fama planetaria. Hablamos del espléndido resultado que han conseguido con Little Boy, también llamada El gran pequeño, película conmovedora y esperanzadora filmada en los estudios de Rosarito (allí se rodó Titanic (1997) o Pearl Harbour (2001) y que es otra muestra del alto nivel que están alcanzando los cineastas mexicanos.
Son los años de la Segunda Guerra Mundial y el niño de ocho años Pepper Busbee -interpretado por el debutante Jack William Pelissier, un nuevo prodigio infantil al que los productores buscaron sin descanso y quien carga asombrosamente con todo el peso de la película- tiene una relación muy especial con su padre (Michael Rappaport), su único compañero y amigo, ya que él es muy bajito de estatura y los niños del pequeño pueblo se burlan constantemente de él.
Cuando a su hermano mayor London (Davie Henrie) le rechazan para ir a la guerra, su padre se ofrece para ir en su lugar. Pepper queda devastado con su partida y busca consuelo en el sacerdote del pueblo (Tom Wilkinson), quien le habla sobre el poder de la fe y le encomienda cumplir con una lista de acciones que, según le dice, lo ayudarán a traer de vuelta a su padre sano y salvo.
Entre ellas está la tarea de hacerse amigo del señor Hashimoto (Cary-Hiroyuki Tagawa), quien está siendo víctima de violencia y discriminación en el pueblo por ser “el enemigo”, aunque el anciano japonés tenga más de 40 años de nacioonalidad norteamericana. Su relación irá enseñándoles a ellos y a los habitantes del pueblo el poder del amor incondicional, de la amistad y de la aceptación.
Afortunadamente, podemos reconciliarnos con la visión entusiasta del cine en materia de fe -sin que sea producto de sacristías-, asunto difícil de afrontar en el contexto de una película de acción y comercial, poseedora de una gran factura visual. Y sobre todo ayuda a entender que la vida vale la pena ser vivida, al margen de las zancadillas que se nos pongan en el camino. En ese sentido, resulta muy conveniente el despliegue de temas que afronta -enfocados de manera óptima- como el racismo, el bullying, el odio y el desprecio, así como de otras muchas cosas que hoy día el ser humano experimenta.
Otro de los temas más candentes del filme es el de la búsqueda del padre, asunto que cada vez inquieta más al cine universal y que en el filme que nos ocupa se convierte en un sustrato fundamental para comprender la importancia del amor en familia. Todo ello se ha sabido armar con tesón e inteligencia gracias a un potente guión que cumple, además, con la gran apuesta de hacer reflexionar al respetable. Little boy, que explora el poder de los anhelos infantiles, aborda poderosamente la forma en que debemos tratar a los que creemos que son nuestros enemigos.
Y todo ello es posible gracias a un elenco artístico que da lo mejor de sí; no en vano cuenta con los actores candidatos al Oscar, Emily Watson (Hilary y Jackie), Tom Wilkinson (Michael Clayton), y los internacionales Ben Chaplin, Ted Levine y Michael Rapaport, además del comediante de Mall Cop Kevin James.
Una joyita en un oasis cinematográfico. ¿Te la vas a perder?