La detención de estas personas viola el Acuerdo Flores de 1997
Organizaciones pro inmigrantes y activistas de los derechos humanos en Estados Unidos han celebrado y respaldado la decisión de una juez federal que declara que la detención de menores y madres indocumentadas viola un acuerdo judicial de 1997 y, por tanto, estas personas deberían ser liberadas de inmediato.
Corre el plazo
La demanda fue interpuesta por el Centro de Derechos Humanos de Los Ángeles, y motivó la decisión de la juez del Cuarto Distrito Dolly Gee.
Sin embargo, la batalla legal por madres y menores detenidos en centros como el de Dilley, en Texas, continúa, sobre todo porque no se ha aceptado que la mayor parte de madres y menores sin documentos venían huyendo de la violencia y la pobreza de sus países de origen.
Hay cerca de dos mil mujeres y niños aún detenidos y que podrían no alcanzar a ser sujetos de liberación como ordenó la juez Gee tan solo en Texas. La letrada fundamentó su decisión arguyendo que la detención de estas personas viola el Acuerdo Flores de 1997.
Este Acuerdo debería de haber regido sobre el trato legal que deben tener los menores inmigrantes aprehendidos en la frontera sin compañía de un adulto. Y la resolución de Gee da de plazo hasta el próximo 3 de agosto para que la administración de Barack Obama justifique por qué los menores y sus madres no deberían ser liberados.
Desilusionados
"Estamos desilusionados con la decisión de la corte y la estamos revisando en consulta con el Departamento de Justicia" señaló, a través de un comunicado, Marsha Catron, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), quien aseguró que darán una respuesta en el plazo estipulado por la magistrada.
La mayor parte de las madres y niños indocumentados detenidos proceden de Centroamérica y cruzaron la frontera sur en una oleada migratoria sin precedentes registrada sobre todo el verano de 2014.
En su resolución, la juez Gee criticó el que los menores inmigrantes fueran recluidos en primera instancia en estaciones de la Patrulla Fronteriza bajo "deplorables condiciones" y no se les brindase apropiadas condiciones de "seguridad y sanidad".
Lo cierto es que se trata de un triunfo motivado, sobre todo, por las madres detenidas en estos centros (que son operados por compañías privadas) y por la gran cantidad de organizaciones, muchas de ellas católicas, que se la juegan día a día a favor de los inmigrantes y de sus familias.