“Dios conoce la tremenda crisis humana que el pueblo mexicano vive con dolor desde hace más de una década”
Desde que el pasado 21 de diciembre de 2014, el nuncio apostólico en México, monseñor Christophe Pierre, celebrara en las instalaciones de la Normal Rural de Ayotzinapa (en el Estado mexicano de Guerrero) una Misa por la Navidad y por la reconciliación, y orara por los 43 normalistas desaparecidos en Iguala la noche del 26 de septiembre de ese año, los padres de los muchachos no han cejado un segundo en su intención de exponerle al Papa Francisco su dolor y su búsqueda.
En aquella Misa, el nuncio Pierre llamó a los padres de familia para que no perdieran la esperanza, y les aseguro que no estaban solos: "el Papa está con ustedes, yo para eso he venido", les dijo; pero además recalcó que hay un acompañamiento permanente en oración por parte de la Iglesia católica hacia los padres y en torno a los jóvenes desaparecidos, objeto de la violencia.
Dios conoce la crisis humanitaria mexicana
Para recordar el primer año de la desaparición de los normalistas, organizaciones civiles de migrantes mexicanos que radican en Estados Unidos solicitan al Papa Francisco que durante su visita a Estados Unidos del 22 al 26 de septiembre próximo, y en el marco de la celebración del Encuentro Mundial de las Familias Filadelfia 2015, reciba en audiencia a una comisión de padres de los 43 estudiantes.
A través de una carta, la Coalición de Mexicanos sin Fronteras, junto con otros organismos, bajo el lema "México es Ayotzinapa y México acude al Papa", le expresan que "con el mismo espíritu de los ideales de libertad con el que se llevó a cabo el primer Congreso Continental celebrado en Filadelfia en 1776, cuna de la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, nos hemos unido para hacerle llegar esta misiva a usted".
"Dios conoce la tremenda crisis humana que el pueblo mexicano vive con dolor desde hace más de una década. México, en consonancia con otras latitudes del mundo, es hoy por hoy una nación herida por la descomposición social derivada de un círculo de violencia enajenante", dicen los migrantes mexicanos quienes añaden al Papa que "millones de mexicanos nos encontramos en una desesperante situación dada la pérdida progresiva de esperanza ante el asesinato sistemático de los nuestros".
Los firmantes de la carta le dicen al Papa que "como sacerdote latinoamericano usted conoce la realidad de nuestros pueblos. Sabemos que México está en sus oraciones y comprendemos que, si bien no tiene una fecha para visitar nuestro ensangrentado país, la situación de México ocupa un lugar trascendental en su agenda del alma".
Tan solo un instante, un abrazo
Para los organismos que le envían la carta al Papa, los sucesos del 26 de septiembre de 2014 y las movilizaciones ciudadanas en todo el mundo para exigir justicia ante los crímenes perpetrados contra los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, cuyo saldo conocido fue 3 asesinados, 43 desaparecidos y una veintena de heridos; "han puesto en los labios de la cristiandad y de las buenas conciencias, la palabra ‘Ayotzinapa’ para referir la crisis humanitaria que se vive a lo largo y a lo ancho del territorio mexicano".
Estas, añaden en su carta, "son las razones que nos mueven a solicitarle audiencia con una comisión de representantes del pueblo herido de Ayotzinapa y unos de los nuestros, habida cuenta de su buena disposición con la feligresía latinoamericana y a la histórica vinculación de la Compañía de Jesús en la salvaguarda y la integridad de América Latina".
Y terminaron diciéndole al Pontífice argentino: "Confiamos en su buena voluntad para aceptar lo que el pueblo mexicoamericano le pide; tan solo un instante, un abrazo, una bendición, unas palabras que sirvan de aliento para continuar en nuestra búsqueda de justicia y dignidad".
La carta al Papa Francisco va con copia al arzobispo de Filadelfia, monseñor Charles Chaput; a Tom Wolf, gobernador del Estado de Pensilvania, y a Michel Nutter, alcalde de Filadelfia.