Los especialistas detectan cuatro puntos que tendrán que ser solucionados
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Lo que parecía que nunca iba a llegar, llegó. Tras la intensa labor de mediación del Vaticano y Canadá, así como el impulso a la unión de las Américas realizada por el Papa Francisco, desde ayer lunes 20 de julio, tras 54 años de no hacerlo, la bandera de Cuba ondeó en Washington y la de Estados Unidos en La Habana.
Cuatro vallas
Las dos embajadas han reanudado labores desde la madrugada de ayer, pero de una manera muy restringida.
Hasta el momento, los especialistas en relaciones entre el gigante del norte y la isla caribeña han detectado cuatro puntos que tendrán que ser solucionados para que las banderas ondeantes en el cielo de cada una de las capitales reflejen el nuevo estatus entre países que parecían irreconciliables y que, de paso, mantenían la división en América Latina.
Estos cuatro temas por resolver, como agenda mínima para la normalidad son, por parte de Cuba, la exigencia de la devolución de Guantánamo, el fin del embargo comercial y -por motivo de éste- una compensación económica. Por lo que respecta a Estados Unidos, la devolución de las propiedades confiscadas y el respeto a los derechos humanos en la isla.
Los temas han estado presentes en las negociaciones y volvieron a subir a la palestra ayer en la conversación entre el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y el ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla.
Kerry y Rodríguez Parrilla se vieron las caras en una reunión a puerta cerrada en el Departamento de Estado que siguió a la ceremonia de apertura de la embajada cubana en Washington.
Apenas una reparación
La agenda de conversaciones no ha incluido un plazo fatal para resolver estos puntos en discordia. Lo cierto es que el camino -según los especialistas-es bastante largo todavía.
Lo dejó muy claro Kerry, hablando en castellano: "Hoy hemos empezado a reparar todo lo que estaba dañado y a abrir lo que durante tanto tiempo ha estado cerrado", lo cual "no significa el fin de las diferencias que aún separan a los dos gobiernos".
En su intervención, Rodríguez Parrilla siguió a Kerry tras admitir que persisten "profundas diferencias entre Cuba y Estados Unidos sobre el ejercicio de los derechos humanos y en aspectos relativos a la aplicación de la ley internacional". Pero aseguró que, a pesar de ello, ambas naciones pueden "convivir y operar".
El ministro de cubano de exteriores insistió luego en que "el levantamiento total del bloqueo" y "la devolución del territorio ilegalmente ocupado en Guantánamo" son condiciones imprescindibles para seguir adelante con las conversaciones.
En ese punto topó con la oposición del secretario de Estado, quien señaló de inmediato que Estados Unidos "no tiene ninguna intención en este momento de alterar su acuerdo de arrendamiento vigente sobre la base naval en la Bahía de Guantánamo".
En cambio el pedido de Cuba respecto al levantamiento de las leyes del embargo, vigentes desde la década de 1960, y a la garantía de una compensación económica sí parece estar avanzando por iniciativa de la Casa Blanca.