Ninguna injerencia, el “anhelo de Bolivia” no es injusto, pero la mediación de la Santa Sede no llegará hasta que no haya un fallo del tribunal y una agenda de la diplomacia de ambos países
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El Papa Francisco dijo este lunes 13 de julio que "no es injusto" que Bolivia tenga como anhelo una salida soberana al mar por territorio chileno. Además subrayó que la Santa Sede no puede opinar sobre un conflicto que se encuentra en una Corte Internacional y que una mediación se realizaría en “un último caso”.
El gobierno boliviano reclama una salida al mar que formalizó en 2013 con un recurso contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Bolivia en 1879 se quedó sin salida al mar por la pérdida de varios kilómetros de costas y territorio debido a la guerra con su vecino.
En la conferencia de prensa en el avión de regreso a Roma tras su gira por Sudamérica, el Papa se manifestó a favor de una solución pacifica y no desestimó la aspiración boliviana. No obstante, la demanda del gobierno de La Paz está en curso y por ello el diálogo se presenta como una posibilidad futura.
“Siempre hay una base de justicia cuando hay cambio de límites territoriales y sobretodo después de una guerra. Entonces hay una revisión continua, una revisión de eso. Yo diría que no es injusto plantearse una cosa de ese tipo, ese anhelo”, dijo Francisco.
Y luego remarcó su prudencia ante el conflicto actual y la próxima decisión de La Haya: “En este momento tengo que ser muy respetuoso de esto, porque Bolivia hizo un recurso a un tribunal internacional. Entonces, si yo hago ahora un comentario, yo soy jefe de un Estado, podría ser interpretado como inmiscuirme o una presión o algo. Tengo que ser muy respetuoso de la decisión que tomó el pueblo boliviano que hizo ese recurso”, expresó.
No obstante, confirmó lo dicho en la catedral de Bolivia con "delicadeza": se necesita diálogo para llegar a una solución: “Los hermanos tienen que dialogar, los pueblos latinoamericanos, dialogar para crear la Patria Grande. El diálogo es necesario”.
Luego ofreció una reconstrucción de su discurso. “Ahí me detuve, hice un silencio y dije: pienso en el mar. Y continué: diálogo y diálogo. O sea, quede claro que mi intervención fue una intervención a este problema, pero respetando la situación como está planteada ahora. Es cierto. Estando en un tribunal internacional no se puede hablar de mediación, de facilitación. Hay que esperar”, señaló.
El Papa enfatizó la disponibilidad histórica de la Santa Sede de mediar en cualquier conflicto donde están en peligro vidas humanas, como cuando Juan Pablo II intervino para desactivar el conflicto entre Chile y Argentina en las décadas de 1970 y 1980.