“Mis pensamientos no son vuestros
pensamientos y Mis Caminos no son vuestros caminos
– Isaías 55,8-
Al rey le gustaba cazar; un día, mientras cazaba, tuvo un accidente en un pie que produjo una gran herida. Presa del dolor, se volvió hacia su consejero – siempre a su lado- para pedirle su opinión. Y el consejero respondió como siempre "Todo lo que pasa es siempre para bien."
En ese instante se sumo su coraje a su dolor, y ordenó la prisión para el consejero.
Esa noche, el rey bajó a la prisión para ver al consejero, y le preguntó que sentía acerca de estar en la cárcel. El consejero respondió como siempre: "Todo lo que pasa es siempre para bien." Esto enfureció más al rey y dejó al sabio en la prisión.
Un mes más tarde, salió el rey otra vez a cazar. Pero enardecido por la caza de separó del grupo y fue capturado por una tribu hostil. Los nativos lo llevaron a su pueblo para ser sacrificado para los dioses. Por sus tradiciones, a los dioses solamente podían ofrecer ofrendas perfectas.
Cuando llegaron los nativos para llevar al rey al sacrificio, descubrieron la cicatriz en su pie y tuvieron que rechazarlo. Lo soltaron y se fue como una flecha para su reino dándole vueltas a lo que le decía su consejero: "Todo es siempre para bien."
El rey liberó al consejero quien, al escuchar sus aventuras, le comentó:
– Qué bien, Majestad, que me encarcelara, porque si no habría estado a su lado y, como tengo un cuerpo sano, me habrían sacrificado a mí.
Dice el refranero:"No hay mal que por bien no venga". La cuestión es de enfoque: o nos fijamos en lo "malo" que nos pasa, o buscamos abrirnos a lo "bueno" que trae consigo.
Son inevitables las desgracias y estas duelen, por supuesto; pero ante ellas, podemos venirnos abajo o tratar de reaccionar con valentía. Si aún en matemáticas, dos signos negativos se convierten en uno positivo (menos por menos, más), ¿no podrá Dios convertir lo malo en bueno?