Una guía para rezar con la EscrituraInvocamos al Espíritu Santo
Espíritu Santo, llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios. Amén
Evangelio según San Mateo 8,23-27
Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron.
De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía.
Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: "¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!".
El les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?". Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma.
Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".
Palabra del Señor
1. Lectura, ¿Qué dice el texto?
"¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!".
"¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".
2. Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?
Si observamos la pregunta "¿quién dicen que soy?" y "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?", son muy similares pero en escenarios distintos y naturalezas distintas, ayer se refería a las personas y hoy al ambiente que los rodea. Ante las personas y ante lo que nos rodea, ¿Soy capaz reconocer y agradecer al Señor? En mis momentos difíciles, de angustia y desesperación, ¿le pido al Señor la salvación?
3. Oración: ¿Qué le decimos a Dios?
Señor, nuestro mayor alegría es reconocerte ante las personas, y en los momentos malos y buenos, saber que Tú eres el único que siempre está a mi lado en cualquier circunstancia, y que puedo exclamar "Sálvame" y Tú estarás ahí para no permitir que me hunda, gracias por tu infinito y eterno amor.
Amén
4. Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
"¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!". (R)
5. Acción: ¿A que me comprometo con Dios?
Mantengamos en mente y en el corazón que ante las personas y cualquier circunstancia debemos reconocer y agradecer al Señor y siempre estar disponibles para pedirle la Salvación.