El carmelita David Johnson: “Recen, recen, recen, y confíen en la sabiduría de Dios”
El hermano David Johnson es un monje de 34 años alto y con barba que se enamoró de Siria y de las comunidades cristianas que viven ahí.
“Antes de llegar a Oriente Medio, no sabía ni siquiera que vivieran ahí cristianos, pero son dos millones”, dijo.
El hermano David vive junto a otros religiosos en el monasterio de Saint Jacques Persian en Qara (Siria). La comunidad reúne a miembros de ocho nacionalidades, y ninguno ha querido abandonar el país a pesar de la guerra civil.
El lunes de Pascua del 2012, un convoy del Ejército Sirio Libre (ESL) pasó por el monasterio, y el hermano David lo saludó desde la torre como habría hecho con cualquier habitante de su Colorado de origen, pero la situación en Siria es tensa y el ESL está en guerra contra el régimen de Bashar al-Assad.
Al sospechar de los extranjeros que no parecían tener miedo de ellos, los militantes se detuvieron, acusando al hermano David de ser “un espía a sueldo de los estadounidenses”.
“En lugar de entrar en pánico, mi comunidad se dirigió inmediatamente a la iglesia para iniciar la liturgia. Comenzó a orar y a celebrar la misa. Estaba en las manos de Dios y no tenía miedo”, reveló el religioso.
Sintiendo una paz extraña e incluso alegría, el hermano David comenzó a cantar sobre la resurrección de Jesús a sus secuestradores, en el idioma de ellos. Al principio estaban sorprendidos, pero luego su corazón se endulzó.
Los soldados decidieron devolver al monje a su monasterio, pero antes llevaron ante sus amigos al “hermano estadounidense que cantaba”.
“¡Me llevaron a cantar canciones de la resurrección frente a un grupo de soldados, y éstos me aplaudieron! Pensé que era un sueño. Me parecía haber entrado en una dimensión paralela”, confesó Johnson.
Aunque el monje admite que su capacidad de hablar la lengua de los soldados probablemente contribuyó a su liberación inmediata, está convencido que ese día lo salvaron las oraciones de sus hermanos y el nombre de Jesús, y pide oración a todos aquellos que están preocupados por el terrorismo islámico en Oriente Medio.
“Recen, recen, recen. Y confíen en la sabiduría de Dios”
El monasterio de Saint Jacques Persian está situado en Qara, en la frontera libanesa entre Damasco y Homs, y se remonta al siglo VI. La orden religiosa que ahí vive es católica y greco melquita, y se llama “la unidad antioquena”. La guía de la orden, Madre Agnès-Mariam, fue nominada al Nobel de la Paz.
La unidad antioquena está compuesta de religiosos y residentes de todas las nacionalidades que trabajan conjuntamente para encontrar una solución pacífica al conflicto sirio. El área de alrededor del monasterio es zona de combate.