Piden que se detenga la expulsión de los haitianos del vecino país de Santo Domingo
El día de ayer se celebró en la Catedral Basílica de St. James, en Brooklyn (Nueva York) una Misa por la solidaridad entre los pueblos y para pedir que se detenga la expulsión de los haitianos del vecino país de Santo Domingo, motivada por la fecha límite del 17 de junio de 2015 para que entre en vigor el proyecto de expulsión de haitianos.
La expulsión fue concebida en el Plan Nacional de Regulación de los Extranjeros sin Documentos (PNRE), que las autoridades dominicanas lanzaron en 2013 y que afecta a miles de inmigrantes haitianos residentes en este país
Brooklyn es un sitio privilegiado para este tipo de celebraciones, pues en el área de Nueva York habitan medio millón de dominicanos y 135 mil haitianos. Se calcula que 600 mil haitianos viven en Estados Unidos, mientras que dominicanos son más de un millón de personas.
La Misa estuvo presidida y fue convocada por el obispo de Brooklyn, monseñor Nicholas DiMarzio, por la solidaridad y la unidad, y para pedir que se detenga la deportación de haitianos que viven en la República Dominicana.
Monseñor DiMarzio está pidiendo -como lo ha hecho con la comunidad migrante en Estados Unidos-un cambio de corazón en el gobierno dominicano y una vuelta a los principios elementales de solidaridad entre los pueblos, desde la experiencia de Cristo migrante.
El obispo de Brooklyn llamó a toda la comunidad, pero en especial a los dominicanos y haitianos, a "orar juntos para sensibilizar al gobierno dominicano sobre esta crisis humanitaria".
Por su parte, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), pidió al gobierno de la República Dominicana que garantice que las personas que han perdido la ciudadanía según la sentencia de la Corte Constitucional del 2013, no sean expulsadas del país.
Es más, la mayoría de ellos han nacido en la República Dominicana de padres haitianos: se calcula que son más de 200.000 personas, sin patria, y las consecuencias de su expulsión podrían ser devastadoras según el portavoz de ACNUR, Adrian Edwards.