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Cuando el sueño americano se convierte en pesadilla

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Jorge Graña - publicado el 24/06/15

Mutilados física y espiritualmente por La Bestia se dan cita en Washington DC

Constantemente llegan a los Estados Unidos inmigrantes provenientes de centro y suramerica buscando un futuro mejor  para sus familias que en sus países de orígen no pueden lograr.

Todos quieren alcanzar el llamado “sueño americano” y obtener un buen empleo que les permita comprar un casa y un auto, proveer el alimento para la familia y poder educar a sus hijos.

Muchos con grandes sacrificios y trabajo duro lo logran. Para otros, "el sueño americano se convirtió en pesadilla", como dijo José Luís Hernández, de 29 años, integrante de una caravana de inmigrantes indocumentados hondureños con discapacidad que se apostó el pasado miércoles, 17 de junio,  frente a la Casa Blanca, para exigir una reunión con el presidente de EEUU, Barack Obama.

La llegada de este  grupo de inmigrantes coincidió con la visita a la capital de los Estados Unidos del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, para reunirse con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, para intercambiar sobre temas de violencia y migración en Centro América.

"Pedimos a nuestro presidente que actúe. Aquí estamos ocho mutilados y en Honduras hay 692", manifestó Hernández, quien junto a otros 16 inmigrantes indocumentados salió nuevavente de Honduras el 25 de febrero para mostrar al mundo la cara más dura de la inmigración indocumentada.

La Bestia y la tragedia de quienes sufren su envestida.

En realidad “la bestia” o el “tren de la muerte” como también le llaman, no es un sólo tren. Son los trenes que atraviesan Méjico de sur a norte, que son abordados por los inmigrantes para cruzar el país lo más rápido posible y buscando librarse de pagar las excesivas tarifas que cobran los “coyotes” (traficantes de personas) por la travesía.

Quienes se arriesgan a enfrentar los peligros de este viaje de1450 millas, deben realizar el abordaje de unos 10 ó 15 trenes en movimiento para llegar hasta diferentes puntos de la frontera con los Estados Unidos. En las películas los super héroes realizan increíbles maniobras acrobáticas en trenes y vehículos en movimiento; pero una cosa es la fantasía del cine y otra la vida real.

Muchos de los inmigrantes que utilizan “la bestia” terminan con extremidades mutiladas al fracasar en el intento de abordaje y caer bajo las ruedas de hierro que cercenan manos y piernas sin deterner la marcha. Varios albergues y clínicas en diferentes sitios de Méjico atendidas por voluntarios,  reciben a quienes tienen la suerte de ser encontrados antes de morir desangrados y logran recuperarse de estos terribles accidentes ferroviarios que los dejan mutilados para siempre.

Algunos corren peor suerte y mueren decapitados, por el golpe en el cerebro o por la hemorragia. Los sobrevivientes enfrentan la depresión que les provoca verse en ese estado y lejos de sus familias a quienes ya no podrán ayudar debido a su incapacidad física. Muchos optan por no regresar a sus países.

José Luis Hernández y su grupo

Decidieron realizar un nuevo viaje a los Estados Unidos. La travesía a través de Méjico les tomó un mes y al cruzar la frontera fueron interceptados por las autoridades migratorias que los llevaron al centro de detención del sur de Texas en la localidad de Pearsall, cerca de San Antonio.

Tras mes y medio de detención, salieron en libertad gracias al grupo de abogados de “Raices”, una asociación defensora de inmigrantes. Y continuaron su viaje hasta la Casa Blanca.

La caravana original la componían 17 inmigrantes de los cuales sólo ocho llegaron a Washington. La mayoría son padres de familia que decidieron repetir el viaje en el que hace años fracasaron, para exigir oportunidades para sus hijos y evitar que un día tengan que saltar a "La Bestia".

Algunos testimonios

"Me vine para cambiar el futuro de ellos. No queremos que les pase lo mismo. Estamos haciendo todo lo posible para que nuestros niños no tengan que inmigrar y tengan un buen trabajo en nuestro país", explicó Benito Murillo, de 44 años y con cuatro hijos entre los 18 y los 12 años.

Murillo, que ahora camina con muletas, intentó su primer viaje en el 2005 para evitar la violencia, el desempleo y el hambre y eligió "La Bestia" por ser "más barato" que los "coyotes" a los que muchas familias pagan para traer a sus hijos a Estados Unidos. Al igual que muchos otros, Murillo caminó al lado de las vías de un tren de carga buscando la oportunidad para saltar.  Conocía los riesgos, agarró impulso y se lanzó hacia uno de los vagones que pasaba por Chiapas (México).

En el intento perdió un brazo y una pierna. Tras varios días de sufrimiento, recuperó la conciencia en manos de Olga Sánchez Martínez, fundadora y presidenta de la Asociación Civil "Albergue Jesús el Buen Pastor del Pobre y del Migrante" en Chiapas, hogar de decenas de inmigrantes enfermos o mutilados.

Freddy Omar Vega, de 36 años, es otro de los mutilados que en el 2006 fue víctima de la Bestia.

“No estamos aquí por nosotros. Nosotros ya estamos fregados. Pero hay otros que están pensado en viajar y no queremos que les pase lo mismo que a nosotros. Por buscar una vida mejor, pueden encontrar la muerte o un secuestro o quedar incapacitados como nosotros. No lo podemos permitir”, dijo Omar Vega.

El grupo de hondureños promete resistir frente a la Casa Blanca hasta conseguir una reunión con Obama y están dispuestos a iniciar una huelga de hambre si les niegan el encuentro.

“Hemos estado cuatro meses de viaje. No estamos dispuestos a irnos con las manos vacías” -aseguró con una sonrisa Omar Vega-. “Nos montamos en “La Bestia” porque queríamos un futuro mejor y si noes para nosotros, que sea para nuestros hijos”.

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