Niños que rezan por otros niños: una interesante iniciativa surgida en Colombia
“Cuando mi hijo Joaquín tenía casi 2 años se quedó sin voz, y fue diagnosticado con una enfermedad llamada papilomatosis respiratoria recurrente en la laringe y las cuerdas vocales. Una enfermedad muy extraña y sin cura. Al principio lo tenían que operar cada mes para quitarle los papilomas que salían en esas áreas. Luego de un año y medio la enfermedad se tornó más agresiva y el médico nos dijo que la situación era muy complicada y que tocaba operarlo cada 15 días; el niño no podía respirar. El panorama era muy difícil.”
Fue esta situación de profundo dolor para la mamá de Joaquín y su familia el motivo por el cuál hasta después de tres años se siguen reuniendo niños en varias partes del mundo para pedir por otros niños que no necesariamente conocen y que pasan por momentos de quebranto en su salud física y espiritual.
María sabe lo que una mamá siente cuando su hijo sufre
Para las promotoras de esta misión católica no queda duda que ha sido María quién ha ejecutado todo lo que en un inicio empezó tímidamente y hoy se ha vuelto una gran cadena de oración. Helena de la Concha comparte con certeza: “La Virgen ha sido quien ha manejado su misión”.
Desde la situación de Joaquín, en el 2012, se convocó a un grupo de niños para pedir no sólo por él sino por otros niños que estaban pasando por situaciones difíciles, muchos de ellos de muy corta edad. Este encuentro de oración empezó a ser “una esperanza para las madres” comparte Catalina De Bedout, y evidentemente también para la familia.
La devoción ha sido a la Madre Dolorosa, quién sufrió la vida de su Hijo Jesús acompañándole hasta la Cruz. Ella sabe de dolor y de angustias y desesperación, por eso el rosario que se propone para rezar es el de los Dolores de la Virgen con la Corona del Niño Jesús de Praga. Es conmovedor ver como los niños piden acompañando las lágrimas de María por su Hijo.
Y como es de esperarse María ha escuchado las súplicas de quienes se congregan y a lo largo de estos tres años se han dado muchas sanaciones físicas y también conversiones.
La sencillez e ilusión de los niños mueve montañas
Pablo, Camila, Isabel, Emilio y Alejandro son los hijos de las amigas de la mamá de Joaquín. Ellos desde que se impulsó la iniciativa de rezar por otros niños se sumaron con buen espíritu y dedicación a la tarea de ayudar a quién lo necesita.
Este grupo de jóvenes que hoy tienen entre 14 y 17 años empezaron acompañando los rosarios en la Parroquia de Santa Ana de Chía, donde se inició la obra. Aún sin saber que tenían bonita voz la pusieron al servicio de la oración y así fueron acompañando las meditaciones en donde se les convocaba.
En su trayecto apostólico conocieron a Fernando Quintero quien dirige la Fundación Proyecto Unión que busca atender a los niños que son abandonados por sus familias durante su enfermedad. Él les propuso la idea de grabar un CD con varios cantos de alabanza para que con los fondos recaudados puedan construir una Unidad Médica Especializada que atienda a los niños que alberga.
Este reto fue un sueño que en poco tiempo se hizo realidad. Buscaron especialistas en la música y asesorados empezaron a componer algunos cantos que disponen el corazón para la oración. Catalina y Helena comparten que para ellas fue edificante ver como los niños cuando creen en un sueño no lo ven inalcanzable. Esa fue la experiencia que les ha llevado a promocionar el disco que en mayo de 2013 se empezó a difundir.
Camila e Isabel comparten que la composición de cantos fue una experiencia muy bonita, de mucha renovación y de profunda oración. Muchos de los cantos los compusieron ante el Santísimo y para ambas uno de los cantos más especiales ha sido “Mi Salvación” que fue producto de una reflexión que tuvieron después de ver juntas la Pasión.