La felicidad es un término muy amplio y subjetivo y, muchas veces, difícil de explicar.
Los motivos por los cuales una persona es feliz o infeliz son relativos, pero yo creo que muchos de ellos provienen de los logros, realizaciones personales y la satisfacción con la propia vida o la falta de todo eso.
Pienso que todo el mundo conoce a alguien que está siempre insatisfecho, reclamando e infeliz, ¿verdad?
Después de un tiempo estudiando la felicidad y observando personas que están siempre reclamándole cosas a la vida o deprimidas – no considerando aquellas que muchas veces tienen razones legítimas para eso -, he identificado algunas características comunes entre la mayoría de ellas.
Las personas infelices generalmente:
1. No asumen el control de su vida
Una frase famosa que traduce eso es: “no tengo elección” como justificante para todo aquello que hace que la vida de esas personas sea infeliz.
Lo que ellas muchas veces no entienden es que no tener elección es una elección. Soportar al jefe malo y llorar todos los días antes de ir a trabajar es una elección. Ellas están escogiendo tener el dinero, la estabilidad o cualquier otra cosa que ese trabajo les proporcione en detrimento de su posible libertad o de una nueva carrera.
Si tú no tienes el valor de cambiar eso que hace que tu vida no sea del modo que quieres, acepta que esa una elección e intenta ser feliz con ella. Intenta mirar el lado positivo de esa situación en la que te encuentras, como tener el sosiego de la estabilidad económica cuando se tiene un empleo.
No estoy hablando de pensar positivo o ser falsamente optimista, sino de ser verdaderamente agradecido por el beneficio que toda elección (por mala que sea) también proporciona.
2. Desisten incluso antes de intentar
Las personas que se consideran infelices generalmente asumen que no saben o no logran hacer algo, muchas veces sin intentar o después de haber fallado una única vez.
Son aquellas que simplemente aceptan el hecho de no ser buenas con los números o los trabajos manuales, o la cocina o para abrir un negocio X o Y porque ya existen otras personas exitosas en esas áreas y no hay más espacio para ellas.
Una cosa es no querer aprender o hacer algo porque no te gusta, hasta ahí, todo bien. El problema es que muchas veces las personas no quieren (o no logran) asumir eso y crean barreras y disculpas que justifiquen el hecho que ellas no tienen motivación ni siquiera para intentar.
La perfección y el talento vienen con la práctica. Si existe algo que te gusta y tienes muchas ganas de hacerlo, ¡hazlo! Hazlo todos los días. Es la única manera de saber si va a resultar o no. Inventar disculpas antes de intentar es exactamente lo que te aleja del éxito.
3. Se comparan excesivamente con otras personas
Una de las cosas que más hace al ser humano infeliz, en mi opinión, es compararse con los demás. Cuando te comparas con alguien dejas de mirar el factor, no siempre obvio, que coloca a esa persona, con quien tú te comparas, en el lugar donde está.
Por más que pienses que el éxito, la belleza o lo que sea, vino de manera fácil, tú no estabas en la piel del otro para saber y no tienes derecho a juzgar.
Es necesario entender que cada uno es merecedor de lo que tiene, sea para bien o para mal, incluso cuando no logres entender el motivo.
4. No lidian bien con las adversidades
Uno de los descubrimientos más interesantes de esta investigación sobre la felicidad fue que las personas más felices son aquellas que saben cómo lidiar con las adversidades de la vida.
Es imposible vivir una vida entera evitando problemas o cosas negativas que puedan sucedernos. Lo que algunas personas no entienden es que restar importancia o fingir que no está sucediendo algo no hará que sean más felices.
Todo lo que nos sucede es una oportunidad para que aprendamos. Es inútil pensar que la vida es injusta o intentar encontrar culpables en vez de entender por qué estamos pasando por esa situación tan desagradable y qué podemos hacer para que aquello no se repita o no nos perturbe demasiado.
Ser feliz no significa nunca llorar o no tener problemas y sí, no dejarse abatir y pensar que el mañana es un nuevo día y una oportunidad para hacerlo mejor.
5. No tienen objetivos en la vida
Estas personas pueden tener sueños, pero éstos raramente son transformados en un objetivo claro y concreto y, por eso, terminan casi nunca realizándolos.
Las personas sin un objetivo viven como si estuvieran en un barco a la deriva. Por más que pasen todo el día navegando en el mar, no llegan a ningún lugar o, cuando llegan, no es donde querían estar.
Los objetivos son los que determinan la forma en que usamos nuestro tiempo y si nuestras elecciones nos están acercando a ellos o no. Cada día vivido sin un objetivo es un día desperdiciado.
Si te sientes perdido y sin propósito, comienza con cosas pequeñas. Escoge un objetivo a corto plazo y haz todo lo posible para alcanzarlo. Cuando consigues conquistar algo, eso te motiva y te hace querer perseguir nuevos objetivos.
Quién sabe y en medio de esas pequeñas cosas logres encontrar el propósito de tu vida.
6. Viven en estado de inercia
La inercia también es una consecuencia de la falta de objetivos. Quien no sabe a donde ir, generalmente no sale del lugar en donde está. Nuevamente, no sirve tener grandes sueños y fe en lo que sea, sino se levanta del sofá para hacer que las cosas sucedan.
Quien está siempre esperando termina frustrado, ya que las mejores cosas de la vida suceden para aquellos que no esperan y sí, van detrás de los que quieren.
No sirve soñar en viajar por el mundo, tener tu propia casa o el trabajo de tus sueños si absolutamente nada de lo que haces en la vida te lleva en dirección a eso.
7. No entienden el valor del tiempo
Quien no tiene objetivos claros y vive en la inercia, generalmente no entiende la importancia del tiempo.
¿Qué pasaría si la gente comienza a pensar en el tiempo de la siguiente forma?
Cada día que alguien está insatisfecho con la propia vida y no hace nada para cambiar esa situación, una cantidad de dinero debería ser cargada a su cuenta bancaria, incluso si no la tuviera. ¿Cuánto iba a tener mucha gente desesperada por ahí?
¿Por qué no sucede lo mismo cuando perdemos nuestro tiempo? El dinero siempre puede ganarse nuevamente, el tiempo perdido nunca más podrá recuperarse, pero algunas personas aún no se han dado cuenta de que éste es el bien más valioso que tenemos.
El tiempo desperdiciado con cosas inútiles acarrea un perjuicio mucho mayor que cualquier cuenta en negativos.
8. Son indecisas
Esta es otra característica de quien no da valor al tiempo. Estas personas miran la vida con si ésta fuera inagotable. No entienden que comenzamos a morir el día que nacemos y cada día que tenemos de vida es un regalo, y no sabemos cuántos más vamos a tener.
Piensa que todo aquello que dejas para mañana, puede no hacerse nunca. La muerte de mi padre a los 51 años me enseñó eso y, hoy, puedo decir que ese triste episodio salvó muchos años de mi vida. Fue a causa de él que comencé a vivir cada día como si fuera el último y realmente pienso que deberías hacer lo mismo.
9. Son apáticas
Cuando pensamos en personas apáticas nos viene a la cabeza quien no tiene opinión sobre las cosas o quien no está ni siquiera ahí. Pero apáticos también son aquellos que no quieren abrir su cabeza a lo nuevo, que ven las cosas de una forma y piensan que esa es la correcta y son resistentes a cualquier tipo de cambio.
Son personas que, incluso siendo intelectualmente capaces, no se interesan en aprender nada que no esté relacionado con lo mínimo aceptable. No leen y no hacen esfuerzo en aparentar estar comprometidas con nada. Incluso en un mundo lleno de maravillas, curiosidades y novedades que aparecen a cada minuto, ellas encuentran la forma de sentirse aburridas todo el tiempo.
10. Son impacientes
Por último, las personas infelices tienen grandes expectativas en relación a la vida, pero hacen muy poco por conseguir lo que tanto desean. Sueñan, pero no tienen ambición. Quieren lo mejor del mundo, pero no entienden que nada sucede sin esfuerzo, mucho trabajo, persistencia y paciencia.
Están siempre buscando un camino más rápido y fácil, ya que no tienen paciencia para insistir en aquello que quieren. Es por eso que terminan frustradas y generalmente piensan que tal vez no hayan nacido para ser felices.
Las personas con esas características generalmente tienden a pensar que quienes son felices son personas especiales o extraordinarias que viven una vida increíble o hacen cosas admirables.
La gran verdad es que la felicidad es una decisión y debe ser tomada por todos nosotros diariamente. Este es el resultado de un conjunto de pequeñas cosas que, sumadas, hacen que tengamos una vida mejor y más completa.
Como yo siempre digo, tu felicidad depende de ti.
Hoy celebramos a...