Aunque la emigración en el Perú ha descendido en los últimos años, el número de peruanos que residen en el extranjero es aún alto. Una cifra que se acerca a los tres millones de personas (entre legales e ilegales) configura en la práctica una nación entera si lo comparamos con la población total del Uruguay, Albania o Jamaica, solo por citar algunas…
Estos millones están repartidos -según un estudio del 2012 elaborado por la Organización Internacional para las Migraciones- en diversos países de América y Europa principalmente.
Según se lee en el mismo estudio, los países que acogen a los peruanos que trabajan o estudian en el exterior son (en orden de población), Estados Unidos, España, Argentina, Italia, Chile y Japón. A estos le siguen Venezuela, Canadá, Brasil, Francia y Alemania, hasta llegar a Panamá, Suecia y otros.
¿Cómo se sienten estos migrantes en otros países? ¿Han podido reconstruir sus vidas? ¿Acceden a las condiciones dignas de todo extranjero? ¿Sufren por el desarraaigo de su tierra, familia, idioma y acaso de religión?
Cercanía de los pastores
Conscientes de esta problemática, y en el marco de las celebraciones de la Semana Nacional del Migrante y su Familia, los obispos del Perú, a través de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y la Pastoral de la Movilidad Humana, hicieron pública una carta a todos los peruanos que se encuentran fuera de su país, o que tienen un familiar en el exterior.
En el mensaje, los obispos recuerdan que la movilidad humana "representa un gran desafío para la sociedad y la Iglesia" y recuerdan que el papa Francisco pide acciones concretas "de acogida y solidaridad para los migrantes en nuestras comunidades eclesiales".
El documento insiste en el llamado del santo padre a los gobiernos del mundo "para que mejoren sus políticas en materia migratoria, teniendo en el centro de ellas a la persona humana".
Aunque no hayan peruanos que estén entre el grupo de migrantes que llegan en oleadas a las costas del Mediterráneo o que ingresen "mojados" por la frontera estadounidense-mexicana, no se puede negar que muchos de ellos viven situaciones de discriminación en la inserción laboral o una falta de celeridad en la expedición de su documentación, hechos que generan sufrimiento e inestabilidad a este grupo vulnerable.
Creer en tierra extranjera
En el mensaje por la Semana Nacional del Migrante y su familia, firmado por monseñor Héctor Vera Colona, obispo de Ica y presidente de la Comisión Episcopal para Pastoral Social; y por monseñor Daniel Turley Murphy, OSA, obispo de Chulucanas (Piura) y responsable de la Pastoral de la Movilidad Humana, se hace una invocación a los peruanos a que vivan -allí donde estén- una fe auténtica: “Compatriotas que se encuentran en los diversos países, los animamos a conservar su fe cristiana católica y los ponemos bajo la protección del Señor de los Milagros, Patrono de los emigrantes peruanos".
Con el fin de hacerles sentir su cercanía a los migrantes y sus familias, los obispos del Perú les aseguran "que les tienen siempre en su corazón y oraciones diarias", recordándoles que "María, que acogió el Verbo de Dios, sea modelo de acogida y les conforte en su peregrinar”.
En el marco de la Semana Nacional del Migrante y su Familia, que se celebra del 14 al 21 de junio con el lema: “Iglesia sin fronteras, Madre de todos”, se informa que las diversas jurisdicciones eclesiásticas y comunidades se reunirán y reflexionarán sobre el tema de la migración, tomando como fuente los materiales y subsidios elaborados y distribuidos por la Pastoral de la Movilidad Humana.