La palabra "demonio" no aparece en el Antiguo Testamento, pero...
Preconceptos irreales del demonio y caricaturas del ángel malo en la creencia popular han llevado a muchos a dudar o negar que el demonio exista y actúe.
En realidad… ¿tiene interés detenerse mucho en la existencia y acción del demonio? Este es “un perro encadenado, que puede ladrar violentamente, pero sólo consigue morder a quien se le acerca”, dice san Agustín.
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¿El diablo tiene fundamentos bíblicos o es sólo una tradición? Mi respuesta no es filosófica sino teológica, basada en la Revelación oral y escrita que la Iglesia católica, asistida por Jesús, ha transmitido a lo largo de los siglos.
¿Qué dice la Biblia?
El texto original del Antiguo Testamento fue casi todo escrito en hebreo, lengua sagrada de los judíos; en griego tenemos sólo los libros deuterocanónicos¹: Tobías, Judit, Baruc, Eclesiástico, ½ Macabeos, Sabiduría, además de fragmentos (Daniel 3,24-90; 13,1-14,42; Ester 10,4-16,24).
Por eso el texto original (hebreo) del Antiguo Testamento no presenta la palabra exacta daimono daimonion (= demonio), que es griego.
Pero aunque no existe la palabra griega daimon en los escritos hebreos del Antiguo Testamento, existen palabras hebreas equivalentes, como son:
a) Satán = Adversario. Este es un ángel que aparece en el libro de Job como detractor del hombre y causante de sus desgracias; cf. Job 1,7; 2,2; ver también 1Rs 22,19-23. Más claramente en 1Cr 21,1, donde Satán es visto como el que instiga al hombre al pecado;
b) Belial, beliyya’al (= ¿sin utilidad?) es el ángel malvado, mencionado en 2Sm 23,6: “Los hombres de Belial son todos como la espina rechazada…”; Job 34,18: “Dios, que dice a un rey: “Belial (…)”.
San Pablo designa como Belial al jefe de los espíritus malos, que se opone a Cristo y se manifiesta en la vida de los paganos:
“¿Que acuerdo hay entre Cristo y Belial? ¿Que relación entre el fiel y el infiel?” (2Cor 6,15).