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El temor consecuente a una ciencia que parece no responder a ninguna moral, más que la de la conveniencia política o económica de unos pocos, provocó sus consecuencias. Entre otras, el descenso del índice de natalidad en los países desarrollados. Muchos piensan que ello se debió a que los matrimonios deseaban vivir más cómodos y sin compromisos, viajar, etc., y si bien esos argumentos han influido, una de las razones también esgrimida era: «¿Para qué vamos a traer hijos al mundo, si éste mañana no va a estar?».
Este no saber qué va a pasar mañana, este no saber si vamos a estar, este no terminar de acostumbrarse al continuo cambio al que está sometida la sociedad, provoca angustia y genera, como contrapartida, que la gente se aferre precisamente a lo inmutable, a lo que no cambia, a lo trascendente, a lo misterioso y oculto, surgiendo así un tercer elemento que es muy importante al momento de la adhesión a una secta o NMR: el pensamiento mágico.
Pensamiento o Conciencia de Tipo Mágica
Se registran en la sociedad en general, un importante aumento de conciencia mágica. En mayor o menor medida, casi toda la sociedad tiene algún elemento o responde a ciertos hechos con un carácter mágico.
Esto lo podemos ver en todos lados, con tan solo agudizar un poco nuestra mirada. Lo vemos en los adolescentes que al sacarse un boleto capicúa creen que ese día van a ser coronados por la suerte; lo vemos en la cinta colorada, atada en derredor de la muñeca, para contrarrestar la envidia; en el niño que camina por la vereda, tratando de no pisar las rayitas de las baldosas, porque le traería mala suerte; en el adulto que se coloca una corbata de un color específico para pedir trabajo o aumento de sueldo; en la señora que, religiosamente, lee su horóscopo de cada día; en ciertas oraciones que se publican en los clasificados de los periódicos; o en el espejo del taxista donde encontramos la cinta colorada, el San Cayetano, la ristra de ajo, el rosario y los cuernitos, todos ellos muy ecuménicamente agrupados.
También podemos observar estas actitudes en lo religioso, cuando se lleva la medallita, la estampita o el rosario no como un sacramental, sino como un amuleto; o en aquellos que toman las Sagradas Escrituras como un libro oracular, abriendo la Biblia en cualquier lado y al azar, tomando la lectura de un versículo descontextuado, como un mensaje personal de Dios para ese día.
Decimos que el pensamiento o conciencia de tipo mágico es un elemento clave para la adhesión de una persona a una secta o NMR porque, como se hiciera referencia anteriormente, todos estos movimientos emplean en la captación una promesa de tipo mágica.
En razón de ello, el fomentar este tipo de actitudes no haría más que provocar un efecto de permeabilización o acostumbramiento que, a fin de cuentas no hace otra cosa que facilitar la captación sectaria. Es decir, si nos acostumbramos a pensar mágicamente, más fácilmente vamos a responder a un estímulo que sea mágicamente ofertado.
Aquí es donde no sólo el gusto por lo novedoso, sino la necesidad de respuestas y soluciones rápidas = mágicas, especialmente frente a estos elementos tan humanos y acuciantes como son la enfermedad, el dolor y la muerte antes mencionados, son aprovechados por no pocos movimientos de características sectarias.
Muchos son los grupos que frente a estos problemas, no dudan en asegurar que todos ellos serán resueltos con la sola adhesión al grupo. Especialmente aquellos movimientos que hacen de la sanación, prácticamente su único discurso; como así también aquellos categorizados como