Ante las elecciones del próximo 6 de septiembre no se vislumbra ninguna opción que enderece el rumbo de la nación
La Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) se ha unido al clamor popular que pide un basta ya a los políticos de ese país centroamericano frente al descubrimiento de la corrupción organizada en entidades estatales "que ha puesto en crisis la institucionalidad del Estado" y ante el horizonte electoral del próximo 6 de septiembre, en el cual no se vislumbra ninguna opción que enderece el rumbo de la nación.
Maquillaje y colorcitos
Los obispos guatemaltecos, encabezados por monseñor Rodolfo Valenzuela Núñez, obispo de la diócesis de La Verapaz y presidente de la CEG, han constatado que existe "un deterioro profundo del sistema político de ese país, con partidos políticos sin representatividad, sin bases y sin propuestas", lo que produce que crezca el escepticismo, "pues hacen promesas no cumplidas, no muestran transparencia en el manejo de sus fondos y crean sospechas sobre el origen ilícito de tal financiamiento".
En su comunicado, la CEG señala que no obstante la crisis política por la que atraviesa la nación centroamericana, las próximas elecciones no deben retrasarse.
El malestar ciudadano es evidente a raíz del descubrimiento del enorme fraude fiscal ocurrido en la Superintendencia de Administración Tributaria y en el que había conexiones con funcionarios de gobierno, con empleados aduanales sindicalizados y con empresarios que recurrían al soborno para facilitar la importación y exportación de productos, así como otros "descubrimientos" que son, nada más, según los obispos guatemaltecos, "una gota en el océano de corrupción e impunidad que nos ahoga, este cuadro constituye un pecado social inmenso que clama al cielo".
La "inmundicia de corrupción en que el Estado guatemalteco se ha convertido", dicen los prelados, ha provocado protestas, movilizaciones y un ambiente de tensión que puede explotar en cualquier momento.
Siendo muy importante el proceso electoral, no se vislumbran respuestas diferentes de parte de los partidos políticos ni de las autoridades electorales. "Lo que hasta ahora hemos visto y oído son más colorcitos, más mensajes sin sustancia y más maquillaje para mercadeo electoral", fustigan los obispos de la CEG.
Por una Guatemala diferente
En su opinión, lo que Guatemala necesita es fortalecer la democracia, presionar para que existan nuevas leyes electorales y nuevas opciones políticas en el país, proteger, alimentar y educar a los niños, dar alternativas de trabajo a los jóvenes, combatir la pobreza, detener el flujo migratorio, acabar con la informalidad laboral y frenar la violencia que se expresa en todos los sectores del país así como al crimen organizado que es, según la CEG, "muy probablemente el mayor empleador del país".
"Frente a este panorama queremos gritar también con indignación: ¡basta ya! Necesitamos romper el ciclo de corrupción, impunidad y conflictividad para proponernos ser una Guatemala distinta, que no tema a la verdad pero que tampoco busque imponer como absolutas verdades parciales, que promueva la justicia y el derecho, que rompa con los ciclos de exclusión y que tampoco postule nuevas exclusiones que corrijan las anteriores pero que perpetúen la conflictividad", dicen los obispos.
"Queremos una Guatemala distinta y nos comprometemos para que la verdad del Evangelio, la que libera integralmente, sea nuestra mayor contribución al cambio social y ético que como país necesitamos", terminan diciendo los obispos guatemaltecos en su comunicado.