La proporción de personas que padecen hambre en América Latina y El Caribe se ha reducido del 14,7% al 5.5% desde el año 1990
El hambre en el mundo es algo que se puede acabar. Al menos así lo revela el más reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo, correspondiente a 2014.
América Latina y El Caribe, a la vanguardia
Según el estudio, América Latina y El Caribe, el sudeste Asiático, Asia Central y algunas zonas del norte África, son las regiones del mundo que en la última década han demostrado mayores avances en la reducción del hambre.
Para la FAO la disminución del hambre en esas regiones y en todas aquellas que si bien no se ha erradicado, al menos se ha disminuido grandemente, se debe, entre otros aspectos, a la voluntad política, al crecimiento económico inclusivo, a las inversiones agrícolas y a la protección social.
El informe dice que "el crecimiento económico inclusivo, las inversiones agrícolas y la protección social -junto con la estabilidad política-, hacen posible la eliminación del hambre. Por encima de todo, el factor que ha impulsado este progreso ha sido la voluntad política para hacer de la erradicación del hambre un objetivo primordial de desarrollo".
Un dato importante, dado a conocer en la reciente visita a Venezuela por el director general de la FAO, José Graziano da Silva, es que la proporción de personas que padecen hambre en América Latina y El Caribe se ha reducido de 14.7 por ciento a 5.5 por ciento desde el año 1990, mientras que la proporción de niños con falta de peso también se redujo notablemente.
Hacia una nueva agenda
Sólo 29 países han cumplido hasta ahora el objetivo de reducir a la mitad la cifra absoluta de personas que padecen hambre para este 2015, una meta propuesta por la Cumbre Mundial sobre la Alimentación que se celebró en 1996.
En su informe, la FAO sugiere mejorar la productividad agrícola, especialmente de los pequeños campesinos y los agricultores familiares, para seguir avanzando en la erradicación del hambre y la pobreza.
El número de personas hambrientas en el mundo ronda los 795 millones de personas (216 millones menos que en 1990-92), según los datos que posee la FAO. En las regiones en desarrollo, la desnutrición se ha reducido al 12.9 por ciento de la población, respecto al 23.3 por ciento de hace un cuarto de siglo.
"El haber casi alcanzado las metas sobre el hambre de los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio) nos muestra que podemos realmente eliminar el flagelo del hambre en el curso de nuestras vidas. Debemos ser la generación del Hambre Cero. Ese objetivo debe integrarse en todas las intervenciones públicas y en el centro de la nueva agenda de desarrollo sostenible que se establecerá este año", terminó diciendo Graziano da Silva.