He sufrido muchos años siendo escrupuloso y parece que no importa lo que haga, no puedo romper ese círculo vicioso. ¿Por qué me cuesta tanto trabajo?
Respuesta de William McKenna (M.S. Clinical Extern) del Instituto de Servicios Psicológicos.
Comencemos entendiendo qué es la escrupulosidad y cómo afecta la psique de la persona. Como alguien que ha sufrido siendo escrupuloso en el pasado, quizá pueda combinar mi propia experiencia con las ciencias psicológicas para ofrecer alguna claridad.
El padre Thomas Santa, en su trabajo de 2007 Understanding Scrupulosity, observa lo siguiente sobre lo que la persona escrupulosa podría creer sobre su relación con Dios: “En un intento por responder a la pregunta (¿Dios me ama?), el escrupuloso a menudo determina que la mejor opción puede ser moverse de una posición de cuestionamiento a una posición de fortaleza. ‘Haré que Dios me ame volviéndome perfecto. De esta manera Dios tendrá que amarme (p.15)’”.
En otras palabras, el escrupuloso equivocadamente percibe que Dios no podría amarlo si no prueba primero ser digno del amor de Dios. Sin embargo, por debajo de este deseo de probarse a sí mismo existe un sentido de necesidad de controlar su relación con Dios, especialmente porque la incertidumbre de la vida le horroriza.
La incertidumbre y la escrupulosidad parecen ir de la mano. Cuando no podemos tolerar no saber algo, tendemos a buscar el control de la situación lo más posible para creer que tenemos el control.
Sin embargo, cuando una persona entra en un círculo de escrupulosidad puede olvidar añadir a la situación la variable de nuestra naturaleza limitada. Por consiguiente, aborda la vida desde una posición de creer que se puede ser perfecto. Esto hace estragos en su psique puesto que pecar destruye la perfección.
Por debajo de este deseo de probarse a sí mismo y erradicar la incapacidad de conocer a Dios y su voluntad completamente, está la profunda necesidad de la persona de ser amada y saberse amada. Y como mencioné anteriormente, el apego humano es una de las fuerzas más poderosas en el universo.
Cuando una persona se vuelve escrupulosa está expresando un estilo de apego que conduce a lo siguiente: “Quiero ser amado, pero simplemente no sé si puedo confiar en un ser que no parece relacionarse conmigo de una forma directa”.
Con todo, la escrupulosidad es más que un simple deseo de ser santo. La escrupulosidad lleva a que la persona sienta un sentido de vacío y la percepción de que Dios no es de fiar. Específicamente que no se puede confiar en Dios cuando dice que Él es Amor (1 Jn 4,16), y que tanto amó al mundo que le entregó a su único hijo (Jn 3,16).
Hoy celebramos a...