Hoy culmina el tiempo litúrgico de Pascua
PRIMERA LECTURA: Hechos 2, 1-11
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 103
SEGUNDA LECTURA: 1 Corintios 12, 3b-7. 12-13
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad
para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén
TEXTO BIBLICO: Juan 20, 19-23
20,19: Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos con las puertas bien cerradas, por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se colocó en medio y les dice:
—La paz esté con ustedes.
20,20: Después de decir esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron al ver al Señor.
20,21: Jesús repitió:
—La paz esté con ustedes. Como el Padre me envió, así yo los envío a ustedes.
20,22: Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió:
—Reciban el Espíritu Santo. 20,23: A quienes les perdonen los pecados les quedarán perdonados; a quienes se los retengan les quedarán retenidos.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
1.- LECTURA: ¿Qué dice el texto?
Estudio Bíblico.
Este domingo la Iglesia celebra de Solemnidad de Pentecostés, con esta festividad culmina el tiempo litúrgico de Pascua. La palabra Pentecostés tiene su origen en el griego, que significa el “quincuagésimo día”. Estos cincuenta días, son los que pasaron desde el Domingo de Pascua a este Domingo de Pentecostés.
Muchas de las festividades cristianas que marcan el año litúrgico tienen una correlación a las antiguas fiestas judías, muchas de ellas hoy se siguen conmemorando. En este caso, está relacionada a la fiesta judía Shavuot o Fiesta de las semanas, en la que se recordaba los cincuenta días de la aparición de Dios en el Sinaí, en la que entrego la Ley a Moisés. A la vez esta fiesta tenía una fuerte impronta agrícola, se trataba de un día de acción de gracias por la recolección de los frutos de la tierra, por la época del año se trataba de las primeras cosechas, es por eso que también recibe el nombre de Fiesta de las Primicias.
El Tiempo de Pascua nos adentró en el misterio de la Resurrección del Señor, y nos enfocó en la centralidad del plan de Salvación: Cristo muerto y resucitado para la Salvación del mundo. Esta es nuestra alegría y nuestro gozo, sabernos invitados a salvarnos, teniendo en Cristo el camino perfecto de imitación. Un tiempo litúrgico culmina, pero no ocurre lo mismo con nuestro compromiso adquirido en la noche de la Vigilia Pascual y durante este tiempo especial, en el que renacimos y nos configuramos verdaderos discípulos de Cristo. Con Pentecostés vemos confirmada la presencia del Señor en su Pueblo de una forma muy particular.
El Evangelio que nos propone la liturgia para este domingo es del evangelista San Juan en su capitulo veinte, donde encontramos el relato de la venida del Espíritu Santo. Tambien podemos encontrar grandes aportes y detalles más precisos en la primera lectura de hoy, de los Hechos de los Apóstoles.
Nos dice la palabra que se trataba del primer día de la semana; el domingo, y ocurre en el lugar donde solían encontrarse los discípulos de Jesús. Esta casa era llamada el “Cenáculo”, ubicada en la ciudad de Jerusalén, allí también se llevó a cabo la última cena de Jesús con sus apóstoles. Luego de la muerte de Jesús esta casa paso a ser el lugar de encuentro y oración de los discípulos, y también un lugar de protección ante los judíos y autoridades del pueblo, es por ello que se encontraba con las puertas cerradas.
Al llegar Jesús, los saludó diciendo “La Paz este con ustedes”. El Resucitado viene a sus discípulos a darles nueva vida, es la gracia de la Paz que comunica una inmensa alegría; la del encuentro de Dios y el hombre. Jesús al llegar al cenáculo, lleva lo que faltaba en ese momento la Paz, y lo hace con su presencia.