Está surgiendo en México una Iglesia profética, del lado del pueblo
El día de ayer viernes, México vivió una de las jornadas más violentas que se tenga memoria desde que el año de 2006 el entonces presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, lanzara una guerra frontal del Estado mexicano en contra del narcotráfico.
Según el parte oficial, en la región limítrofe entre los estados de Jalisco y Michoacán, un enfrentamiento entre miembros del poderoso cartel de la droga "Jalisco: Nueva Generación" y fuerzas federales dejó como saldo un agente federal muerto y 42 presuntos miembros de este poderoso cartel que se ha alzado ya como el principal enemigo del gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto.
La región de Michoacán y de Jalisco -el tiroteo fue en el poblado de Tanhuato-ha visto enrarecerse el panorama de violencia en los últimos años. Jalisco, cuya capital es Guadalajara, la tercera ciudad en importancia de México, vivió el pasado 1 de mayo una pesadilla, cuando este mismo cartel de la droga mostró su fuerza sitiando, literalmente, a la ciudad.
Y Michoacán, sobre todo en la llamada Tierra Caliente, ha visto cómo el cartel de "La Familia Michoacana", primero, y el de los "Caballeros Templarios" más tarde se adueñaron de vidas y haciendas en poco tiempo. Y trataron de callar todas las voces de la sociedad. Pero las de la Iglesia no. Y de estos hechos de sangre, está surgiendo en México una Iglesia profética, del lado del pueblo, que en mucho ennoblece esta tierra en la que la Virgen María, en su advocación de Guadalupe, "no ha hecho nada igual por ninguna otra nación".
Nadie detendrá a la Iglesia
Una de esa nuevas voces proféticas es la del obispo titular de la diócesis de Cuernavaca (al sur del Distrito Federal), monseñor Ramón Castro, quien convocó para hoy sábado 23 de mayo la "Caminata por la paz" con la finalidad de "ayudarnos a vivir como familia, a estar unidos, con la intención muy especial: la paz".
En la invitación que hizo a sus fieles y a todo el pueblo de Cuernavaca, el obispo Castro señaló: "Queremos manifestarnos con toda responsabilidad y respeto a favor de la paz. Por eso esta marcha no tiene ningún tinte político; es simplemente el deseo de que el miedo que paraliza a mucha gente desaparezca, es una acción para no tener miedo; para manifestar que la mayoría de los morelenses queremos la paz, buscamos la paz".
El obispo aseveró que, como diócesis, como pueblo creyente "no queremos quedarnos con los brazos cruzados, que es mucho más cómodo. La caminata tiene la intención de que algo mínimo, aunque sea, se manifieste ese deseo de paz". También extendió la invitación a las diferentes Iglesia y comunidades eclesiales, "a los diferentes modos de pensar", para que se sumen a este esfuerzo para construir la paz en el estado.
Y añadió que esta búsqueda de paz implica la justicia, la vida, la familia. Por eso, insiste, "buscamos privilegiar el diálogo como forma de encuentro y la preocupación por una sociedad justa, memoriosa, y sin exclusiones".
Celebración de la fe
Una vez que arribe la marcha a la Catedral de Cuernavaca, habrá un momento muy significativo de oración: "es la oración del pueblo de Dios, que le clama a su Dios que nos ayude a tener paz, y a nuestra madre María. Después tendremos la celebración de la fe. Dios se manifiesta y yo creo que nos lo pide", concluyó el obispo, quien antes había denunciado que fuerzas oscuras habían querido impedirla.
El Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), expresó su apoyo a la iniciativa "Caminamos por la Paz"; al tiempo que manifestó "su preocupación al tener conocimiento de algunos intentos para boicotear esta expresión pacífica de la sociedad morelense", y exigió a las autoridades "brindar toda la seguridad que esta expresión ciudadana merece".