El deseo iraní de contar con tecnología nuclear, la polémica sobre su posible uso militar, ha sido un factor de tensión internacional muy importante en el escenario internacional de comienzos del siglo XXI. El régimen instaurado por la revolución de 1979 ha sido protagonista de múltiples tensiones por su influencia en el mundo islámico como principal potencia chií. Las negociaciones multilaterales para solventar esta crisis han contado con amplio respaldo y con la significativa oposición israelí.
1. Un conflicto enquistado
La Persia anterior a 1979 era un destacable aliado de EEUU; la República Islámica que nació bajo el carismático liderazgo del ayatolá Jomeini, un permanente antagonista. La crisis de los rehenes de la embajada de Teherán y el largo conflicto con Irak (1980-88) consolidaron esta enemistad. El régimen fue incluido en 2002 por el presidente George W. Bush en el denominado eje del mal.
Irán tiene presencia indirecta en otros muchos conflictos como el sirio, el libanés donde secunda a Hezbolá, el palestino… Siempre apoyando las minorías chiíes y rivalizando con otras potencias regionales como Arabia Saudí.
El fin de la ocupación estadounidense de Irak posibilitó cierta aproximación. Los chiíes eran una mayoría discriminada en la era de Sadam Hussein, con un sistema dictatorial basado en la hegemonía del partido Baaz y en los privilegios de una élite sunní.
La corrupción y la extrema violencia, en particular contra kurdos y opositores, hicieron de aquel un régimen impopular en estos sectores. No obstante, la ocupación americana generó una violenta resistencia propiciada por partidarios de Saddam y grupos terroristas más o menos emparentados con la órbita de Al Qaeda.
El nuevo Irak es el resultado de tensiones y alianzas débiles. En él, los chiíes reclaman cuotas de poder crecientes, lo cual confiere un peso notable a Irán, el que en los 80 fuera un mortal enemigo. Este factor puede verse en los numerosos atentados sobre peregrinaciones y mezquitas chiíes como Kerbala.
Algunos de los grandes lugares de esta corriente están ubicados en territorio iraquí, como el santuario de Alí, nieto del Profeta.
El deseo iraní de contar con tecnología nuclear para generar electricidad ha sido defendido como un derecho soberano del país para mantener su desarrollo económico y social. Sin embargo, las sospechas de que esta tecnología era promovida para uso militar condujeron a diversas sanciones internacionales.
Restricciones comerciales y de transferencia de I+D que han perjudicado notablemente su economía. Asimismo han frustrado los deseos de cambio y mejora de la nutrida población juvenil. Así se hizo notar en las protestas postelectorales de 2009.
Desde que se fabricó la primera bomba en 1945 en EEUU, los riesgos asociados al armamento nuclear han sido dos: el riesgo de su utilización, y por otra parte, la proliferación. Ya no solo la URSS, sino Francia, Reino Unido, India, Pakistán, Israel… se fueron sumando al club nuclear.
El mundo se hizo más inseguro y se procuró que no hubiera más socios. Alguno como Sudáfrica renunció, casos recientes como la RP de Corea muestran lo peligroso de este juego de disuasiones y amenazas.
El final de la Guerra Fría aminoró el riesgo de una catástrofe global y el número global de cabezas tendió a la baja. Pero el riesgo de conflictos regionales con efectos devastadores y consecuencias internacionales sigue vigente. En la península coreana, en Oriente Próximo, en India-Pakistán…
2. Un riesgo indeseado
Hubo un primer diseño de programa nuclear iraní en los años 70, aún en la era del Sha Reza Palevi de Persia. Esta búsqueda de la energía atómica nacía de la
convicción de la finitud de las reservas del petróleo, exportación vital para su economía. Empresas europeas y estadounidenses vieron aquí una oportunidad de negocio. La estrecha relación bilateral evitó que la cuestión del posible uso militar del uranio enriquecido y del plutonio saliera a la luz.
Tras la Revolución de 1979 hubo restricciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y de potencias occidentales. Por ejemplo a través de un consorcio europeo que iba a proporcionar uranio enriquecido. Ni Francia ni EEUU estaban dispuestos a mantener los compromisos de cooperación firmados con el régimen anterior.
El programa se reactivó de forma muy intensa a comienzos del siglo XXI. La OIEA exigió la inspección de diversas instalaciones sospechosas conocidas a través de filtraciones y espionaje; lugares como la planta de enriquecimiento de Natanz.
La Unión Europea actuó para que se respetaran las condiciones fijadas por los tratados contra la proliferación. De ahí que en 2004, la delegación iraní fijara una moratoria temporal del enriquecimiento.
En 2005 se reactivó este proceso, coincidiendo con la elección de Mahmud Ahmadineyad como presidente. La crisis diplomática fue impulsada por EEUU que pidió sanciones muy duras para Irán en el Consejo de Seguridad. Las restricciones comerciales y diversos sabotajes retrasaron el programa. Estos atentados y asesinatos selectivos han sido atribuidos a servicios secretos, en particular al Mosad israelí. Como ejemplo, aparece el científico Mustafá Ahmadi Roshan, técnico en Natanz.
3. Una salida diplomática
Las declaraciones públicas de Ahmadineyad en un tono desafiante contra Israel fueron esenciales en la cuestión nuclear iraní. Elevó el tono habitual de la retórica anti sionista con expresiones muy duras, condenadas como racistas y amenazantes, incluso citando el tabú de la “eliminación de Israel”.
Irán podría hacerse con la bomba con dos únicos objetivos potenciales. El primero, competir contra la hegemonía de EEUU y sus aliados sunníes en la región, algo que generaría una peligrosa escalada de armamentos con países como Arabia Saudí. El segundo, rivalizar con Israel, una potencia nuclear no reconocida.
El riesgo potencial para la supervivencia y la amenaza a su seguridad es un factor esencial en la historia y la identidad israelíes. Y en este caso, no tan en sintonía con la política exterior de la Casa Blanca, en particular, durante la Administración Obama.
Israel ya lanzó un ataque contra instalaciones nucleares enemigas, un ataque preventivo contra la central nuclear iarquí de Osirak en 1981 que tuvo un impacto decisivo en los planes militares de Hussein.
Esta baza, la de un ataque israelí, sigue estando en la mesa, como una opción última pero no deseable, según ha reconocido el propio secretario de Estado,J. Kerry. De hecho, la cuestión ha estado muy presente en la campaña electoral que ha renovado el mandato del premier conservador Benjamín Netanyahu.
Para Europa y EEUU es preferible una solución negociada que permita el uso civil de la energía nuclear, en la medida que este acuerdo sea verificable. Irán está ubicado en un espacio estratégico vital entre los numerosos conflictos de Oriente Próximo, el área postsoviética y el indo.
El conflicto se recrudeció entre 2011 y 2013, con más declaraciones cruzadas entre dirigentes israelíes y Ahmadineyad. Unos declarando su intención de defenderse y éste asegurando el carácter pacífico del proyecto.
La OIEA, con apoyo de la ONU y de las potencias europeas (Francia, Reino Unido, Alemania), buscó un modelo eficaz de inspecciones
, así como fórmulas controladas para lograr que Irán accediese a la electricidad de origen atómico, con garantías de que eso no supusiera riesgo de proliferación.
Finalmente, el 2 de abril de 2015 se ha llegado a un entendimiento histórico en las negociaciones celebradas en Lausana (Suiza). El eje es reducir y controlar la capacidad de enriquecimiento de isótopos radioactivos por parte iraní, así como levantar las sanciones del lado de la comunidad internacional.
El riesgo de una guerra, que nadie desea, parece disminuir. Las duras ocupaciones de Irak y Afganistán no lo aconsejan. Tampoco el clima de amenaza creada por el denominado Estado Islámico, especialmente anti chií. Ni aún menos la encarnizada y compleja situación siria.
Si el acuerdo es un éxito, será una baza para la paz y la estabilidad. No obstante, Israel sigue avisando de que su supervivencia “no es negociable”.
Referencias:
CARBAJOSA, Ana: “Ahmadineyad reta a Israel en el Líbano” en EL PAÍS, www.elpais.com/diario/2010/10/15/internacional/1287093603_850215.html
MATHEWS, Jessica T: “El nuevo pacto” en Política Exterior, n.165, www.politicaexterior.com/articulos/politica-exterior/e-nuevo-pacto/
WASHINGTON POST (ed.): “Obama’s full remarks on Iran agreement”, www.washingtonpost.com/posttv/national/obamas-full-remarks-on-iran-agreement
Hoy celebramos a...