Por medio de un comunicado hecho público el viernes, la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) condenó lo que considera un "enorme fraude", descubierto por el Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) de este país.
En este mismo orden de ideas, los partidos políticos Unión del Cambio Nacional (UCN), Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Libertad Democrática Renovada (Líder) y el Movimiento Nueva República (MNR), se pronunciaron en contra de corrupción en la SAT y que se amplíe el mandato de la CICIG.
Mientras tanto, el Congreso de la República de Guatemala aceptó ayer sábado la renuncia de la ahora vicepresidenta Roxana Baldetti, luego de haberla solicitado por escrito ante el presidente de ese país, Otto Pérez Molina el viernes, ante el escándalo de corrupción del SAT, en el que supuestamente está implicada.
"El resultado de la votación es el siguiente: votos a favor 149, votos en contra 0, ausentes 9. Por tanto, habiendo mayoría queda aceptada la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti", proclamó el presidente del Congreso, Luis Armando Rabbé Tejada.
Pueblo sin confianza
Los obispos hicieron suyo el rechazo e indignación del pueblo, expresados en las manifestaciones populares que se realizaron en días pasados. "Estas manifestaciones -dicen los prelados en su comunicado-dan una señal: el pueblo ha perdido la confianza en la institucionalidad del país; exige justicia y se siente frustrado al constatar, por una parte, las graves carencias que el país sufre y por otra, la gravísima corrupción que ha penetrado profundamente la sociedad".
La CEG tomó las palabras del Papa Francisco escritas en la convocatoria para el Jubileo extraordinario de la Misericordia y recordaron que la corrupción es una "llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el Cielo, pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social".
A decir de la CEG, la mayoría de guatemaltecos son responsables de esa "llaga putrefacta" que "enferma a la sociedad por el silencio mantenido o la complicidad explícita a favorecer los sobornos con tal de no sufrir penalidades".
Para los prelados guatemaltecos no es suficiente denunciar la corrupción; exigen que quienes se han enriquecido con actos de corrupción devuelvan lo robado; "no solamente deben sujetarse a los castigos establecidos por la Ley sino que deben restituir lo que han quitado a los pobres".
Asimismo, piden a quienes representan el Estado de Guatemala, dar un testimonio de responsabilidad ciudadana, informando al pueblo la verdad de los hechos relativos al fraude fiscal en la SAT; y terminaron diciendo: "nuestro querido país está enfermo de corrupción, los guatemaltecos que amamos esta tierra debemos sanarla".
Un triunfo del pueblo
Por su parte, la premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, calificó como "un triunfo del pueblo" la renuncia de la vicepresidenta de Guatemala, Roxana Baldetti, tras el escándalo de corrupción que involucró a funcionarios cercanos a su cargo.
En un comunicado, la premio Nobel saludó y reconoció a todos los sectores de la sociedad civil que levantaron su voz contra la corrupción del Estado que trajo como desenlace la dimisión de la vicepresidenta.
"Exhortamos a todos los sectores sociales a seguir manteniéndose contra la corrupción, la impunidad y el sistema perverso con que funciona este gobierno. Esperamos que las instancias de justicia, operen conforme a derecho y persigan a los que están involucrados en todos los actos ilícitos que riñen con la ley", manifestó.
Para Menchú, la dimisión de Baldetti sienta las bases para no seguir tolerando la impunidad en Guatemala.
Hoy celebramos a...