Octavio Ortiz recibe la opinión favorable de los teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos
Nuevos modelos de santidad se elevan en el Perú, ya conocido como tierra de santos en Sudamérica por la veneración a san Martín de Porres, santa Rosa de Lima y santo Toribio de Mogrovejo, entre otros.
El santoral en el país parece incrementarse luego del anuncio del obispo de Chachapoyas, monseñor Emiliano Martínez, OAR, quien informó que semanas atrás se reunió en Roma el Congreso de Consultores Teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos, a fin de examinar la positio de la causa de canonización del siervo de Dios Octavio Ortiz Arrieta.
Según informa la Conferencia Episcopal Peruana, el referido congreso de teólogos dio parecer favorable a la fama de santidad y al ejercicio de las virtudes cristianas de este obispo nacido en Lima en 1878. Se informó también que dentro de este mismo año está prevista la reunión del Congreso de Cardenales y Obispos para examinar esta misma causa a la vista del parecer de los teólogos.
Ortiz fue el primer presbítero salesiano en el Perú, ordenado en 1907, y primer obispo proveniente de dicha congregación religiosa en el país. Rigió los destinos de la diócesis de Chachapoyas durante los años 1921 a 1958.
Venerable a los fieles
En caso de que el congreso de los altos prelados viera favorable la positio de la causa, esta quedaría en manos del Papa Francisco para la declaración de “Venerable”. Esto es un paso más en la causa de beatificación de monseñor Ortiz, quien al interceder y obrar milagros latentes a futuro, podría ser declarado beato y santo para felicidad de los fieles.
La positio es un conjunto de documentos utilizados en el proceso por el cual una persona es declarada venerable, en el camino hacia la santidad. Estos documentos recogen los datos obtenidos por una investigación diocesana sobre las virtudes heroicas de un candidato en una forma adecuada para su presentación a la Congregación para las Causas de los Santos.
Una vida virtuosa
Monseñor Octavio Ortiz Arrieta nació en Lima el 19 de abril de 1878. En 1902 recibió la profesión perpetua y para 1906 fue enviado a Piura donde la Congregación abría una nueva obra. Pasó al Cusco en 1916 y para 1920 a la obra del Callao, siempre como director.
En noviembre de 1921 fue nombrado obispo de Chachapoyas, y en 1922 fue consagrado como tal. Cuentan sus biógrafos que una de sus primeras actividades fue ordenar el catecismo en las iglesias, comenzando por dar el ejemplo al preparar a los niños que iban a la primera comunión.
Se sabe que fundó y sostuvo un periódico, abrió una escuela nocturna para los obreros que carecían de instrucción primaria, inauguró una escuela rural para mujeres, gestó un Colegio Nacional de Mujeres y exigió al Gobierno que cumpliera su promesa de construir una carretera de penetración Cajamarca-Chachapoyas como también la planta eléctrica, el agua y el desagüe para la ciudad.
Nunca más quiso apartarse de gestionar su diócesis, donde lo sorprendió la muerte en 1957. Su tumba está a exposición de los fieles en la catedral de Chachapoyas.