Frontera México-EE.UU.: El muro de la ignominia se abrió… cinco minutos

El muro fronterizo que divide parte sustantivas de los casi tres mil kilómetros de frontera común entre Estados Unidos y México, llamado por muchos "el muro de la ignominia", se abrió ayer martes, tan solo cinco minutos, para que familias separadas por él se abrazaran.

Separados por cuestiones de seguridad nacional

Las escenas del reencuentro entre cuatro familias mexicanas, separadas por la deportación de algunos de sus integrantes de Estados Unidos a México, se reunieron por escasos minutos, cuando agentes estadounidenses abrieron una puerta del muro fronterizo en la ciudad de Tijuana (en la frontera noroeste, con San Diego) para que se abrazaran.

La Iglesia católica de Estados Unidos ha estado pugnando porque la política de deportaciones bajo las dos administraciones del presidente Barack Obama termine de un vez por todas de separar familias, dejar pequeños huérfanos, en soledad, terminar matrimonios por cuestiones "legales".

Este ruego, fundado no en la seguridad fronteriza sino en la humanidad de unas leyes que han naufragado, según buena cantidad de obispos estadounidenses, motivaron, entre otras presiones, el breve encuentro.

Las gestiones "legales" para que se abriera el muro, rigurosamente vigilado por guardias de seguridad fronteriza, corrieron a cargo de la organización defensora de los derechos humanos de los migrantes y sus familias "Ángeles de la Frontera". El motivo que movió el corazón de la patrulla fronteriza fue que en México el día 30 de abril se celebra el Día del Niño.

Regresar a la vida

"Sentí alegría y tristeza a la vez. Fue un instante, ya se fue, pero les dije que le pidamos a Dios para que pronto estemos juntos", dijo Lourdes Barraza, una madre deportada dos años atrás, que llegó al lugar para encontrarse con sus hijos pequeños Geovanny y Alexis.

"Sentí como si me hubieran regresado la vida", dijo por su parte aún con lágrimas en los ojos Yolanda Barona, luego de abrazar a su nieta cuando los agentes estadounidenses abrieron la pesada puerta que forma parte del muro metálico que separa el territorio de Estados Unidos de México.

Finalmente, cuatro familias tuvieron la oportunidad de reencontrarse con sus hijos y nietos en el límite fronterizo entre Tijuana y San Diego, California, tras de que los agentes quitaron los candados de la puerta en el Parque de La Amistad que está en San Diego y es limítrofe con Tijuana.

De acuerdo con el presidente de "Ángeles de la Frontera" Enrique Morones, "con estos testimonios damos una muestra de la necesidad de aprobar una reforma migratoria. Son familias que al ser separadas lo pierden todo".

Esta es apenas la segunda vez en la historia reciente que en este punto fronterizo de Tijuana con San Diego, el lugar de mayor número de cruces fronterizos del mundo, familias que viven en ambos lados se reúnen para pasar juntos algunos minutos sin la necesidad de una visa expedida por las autoridades de Estados Unidos.