¿La Iglesia es favorable al uso de la energía nuclear? ¿La incentiva o teme sus usos distorsionados?
La posición surge con claridad en el volumen Energia, Giustizia e Pace (Energía, Justicia y Paz, publicado por la Libreria Editora Vaticana) dirigido por el Consejo Pontificio Justicia y Paz.
Contra el uso de las armas nucleares
La premisa no admite réplica: la repetida condena por parte de la Santa Sede del desarrollo de armas nucleares, de su proliferación, de su uso y de las posibles consecuencias de este uso es bien conocida. Y no es objeto de discusión, ni de posibles falsas interpretaciones.
La Iglesia, por tanto, apoya el desarme nuclear y la completa dedicación de material y de la financiación militar de los objetivos militares a actividades pacíficas.
Apoyo al nuclear "civil"
Dicho esto, la Santa Sede valora con atención la cuestión del llamado nuclear "civil" o "pacífico".
Es necesario acercarse a este sin prejuicios o esquemas ideológicos, teniendo siempre como punto de referencia de las discusiones la persona humana y su desarrollo integral.
Otro aspecto central del "nuclear civil" es el de la seguridad, que debe buscarse y mejorarse continuamente a varios niveles (adopciones en todas partes de normas de seguridad estrictas y formación del personal técnico, revisiones de las instalaciones).
Reactores seguros
Frente a esta exigencia de valoración y de seguridad, tiene también relevancia la cuestión de la búsqueda que podría llevar hacia otros desarrollos positivos para el nuclear "civil", como por ejemplo, la evolución hacia reactores más seguros y eficaces.
Distinguir entre tecnología y energía
Hablando de nuclear "civil", es bueno tener en mente, siempre que sea posible y pertinente, las diferencias entre tecnología nuclear y energía nuclear.
Se trata de una distinción importante y que frecuentemente no hacen los que se oponen al sector nuclear “en bloque”, sin matices. Así omiten y dejan de lado todo lo positivo que surge en el estudio del átomo.
Beneficios para la medicina, la agricultura y el medio ambiente
En lo que respecta a la tecnología, hay que enumerar las beneficiosas aplicaciones.
En el ámbito médico: en la radiología, diagnosis, en la medicina nuclear
En el ámbito agrícola: en la mejora de la fertilidad del suelo)
En el medioambiental: en la lucha contra la erosión del suelo y la degradación del terreno, en el estudio de los recursos hídricos, en la contaminación o incluso en el impacto de la acidificación de los océanos.
Emisiones y oportunidad
En lo que respecta a la producción nuclear de energía eléctrica para usos civiles, es fundamental reflexionar con prudencia.
Y adoptar al menos dos importantes puntos de vista: el ambiental y sanitario, y el técnico y económico.
El primero lleva a considerar los conocidos beneficios de la energía nuclear. Por ejemplo la casi total ausencia de emisiones de gas invernadero y la reducida cantidad de combustible empleado.
El segundo punto de vista exige una reflexión sobre el posible empleo de la energía nuclear o su futuro desarrollo respecto a las estimaciones de las necesidades energéticas subdivididas por áreas geográficas y a la decisión sobre qué fuentes de energía son más oportunas, en una lógica de análisis “costes-beneficios-riesgos-alternativas”.