La última expresión pública antes de que la Corte Suprema escuche, este martes, los primeros argumentos para redefinir el matrimonio
Cerca de diez mil personas marcharon, unieron sus voces y dejaron claro que el matrimonio es un institución que no necesita ser redefinida.
“El matrimonio es, y sólo puede continuar siendo la unión entre un hombre y un mujer; cualquier intento de redefinirlo será el mayor experimento social de la historia, los niños no necesitan experimentos, necesitan una madre y un padre”, dijo el obispo Joseph Kurtz de Louisville Kentucky, presidente de la Conferencia de Obipos Católicos de Estados Unidos, para quien el matrimonio es "una hermosa verdad”.
La marcha contó con la presencia del nuncio apostolico en Estados Unidos, el arzobispo Carlo Maria Viganó y del obispo William Lori de Baltimore entre los muchos líderes religiosos y políticos que manifestaron públicamente su preocupación ante la posibilidad que la Corte Suprema de la nación redefina el matrimonio.
La marcha por el matrimonio contó con una fuerte presencia de la comunidad hispana. Llegaron a la capital del país desde ciudades como Nueva York, de la cual 117 autobuses de la coalición por el matrimonio se hicieron presentes.
Esta marcha por el matrimonio fue la última expresión pública antes de que la Corte Suprema escuche los primeros argumentos el martes 28 de abril.
¿Quienes marcharon? ¿Por qué marcharon? Aquí las voces de aquellos que llevaron su mensaje a los pies de la corte suprema.
El padre Agustino Torres C.F.R. fraile capuchino, que sirve en Nueva York, donde que trabaja con jóvenes llevándoles el mensaje de castidad y pureza mediante la formación en la teología del cuerpo de San Juan Pablo II: explicó:"Ahora mismo están hablando de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país, algunos estados ya aprobaron algún cambio pero aunque se cambien las leyes no pueden cambiar el matrimonio".
"Aquí hay gente judía, evangélicos, católicos,… se trata de la humanidad, de la ley natural, esto es mucho más grande, estamos aquí con nuestros hermanos, estamos unidos rezando. Esto es mucho mas grande porque Dios nos regalado el matrimonio, oren por nosotros, ¡vamos a seguir "pa’lante"! , concluyó.
Dennise Camaño, madre soltera, vino a dejar un mensaje bien claro: "En este día he marchado porque yo considero y creo firmemente que los hijos necesitan un papá y una mamá, yo puedo dar mi propio testimonio ya que he criado a mi hijo por dieciséis años.Yo no puedo ser su papá, sólo puedo ser su mamá".
"Considero que el Gobierno no tiene derecho a cambiar la ley de Dios que nos hizo hombre y mujer para procrear en la santidad del matrimonio; estoy aquí porque quiero defender esto, y para decir que he descubierto que por más que yo quiera llenar el vacío de la falta de padre en mi hijo jamás lo lograré, yo no pude dar el amor paterno, ese vacío sólo Dios y su padre lo pueden llenar".
Y añadió: "Leía un artículo que nos motiva a tomar acción sólo porque un grupo de personas se quieren sentir bien… No porque a alguien le guste algo, lo puede imponer a todos: el matrimonio es algo sagrado, se unen hombre y mujer para procrear para dar vida, un hombre y hombre no lo pueden hacer, una mujer con otra mujer no lo pueden hacer.
Luis Peña viajó desde Nueva York para compartir su experiencia personal y para hablar en nombre de las futuras generaciones. Como hijo de padres separados y ahora como padre soltero sabe de primera mano el daño que causa la falta de una familia.
"Yo como padre soltero veo el daño que le he causado a mi hijo por la falta de su madre, de no estar unidos nosotros; es algo que le hace falta a mi hijo, él anhela a su mamá, anhela que estemos juntos, esto está inscrito en su corazón y en el de cada persona", reconoció.
"Estoy aquí para hacer saber a la corte suprema que el matrimonio viene de Dios, es el génesis de la humanidad. Si sacamos el matrimonio del contexto de la unión entre un hombre y una mujer, pasa lo mismo que mi mamá y mi papá: separación y dolor a los hijos".
"No se puede redefinir el matrimonio porque entonces algo va a faltar, quizás sin darnos cuenta hay un vacío…que sólo llena la familia y veo el daño que causé a mi hijo y no quiero eso para futuras generaciones", declaró.
"Ha habido muchas encuestas que dicen que la gente está a favor del cambio de aceptar las uniones de personas del mismo sexo, pero yo sé que no toda la gente ha tomado esta encuesta, la mayoría de la gente está a favor de Dios y el matrimonio no es algo arbitral, viene de Dios", terminó.
El matrimonio de Julio y Maria Espinal, originarios de República Dominicana residentes de Nueva York, fueron a participar en la marcha porque para ellos alzar la voz es necesario.
"Hemos venido a marchar porque como matrimonio queremos seguir el plan Dios –dijeron-. No se trata sólo de cambiar el matrimonio votando por esto. Sólo Dios puede dar la vida, no podemos cambiar el plan de Dios".
"El matrimonio es un proyecto de Dios, por eso venimos a marchar, para no permitir esto, quizás ahora somos unos pocos pero estamos acá para decir que no queremos que suceda esto, pues sería una catástrofe -advirtieron-. ¡Qué va ser del mundo y de las generaciones futuras! Dios tiene su plan y es un plan bueno. Quién es el hombre para cambiar esto…. No todo lo que se le ocurre al hombre es bueno".
"No nos quedemos callados, lo malo parece bueno, esto va a afectar a futuras generaciones es nuestra labor defender la verdad…. ¡Elevemos nuestra voz! -exhortaron-. Que la gente se conciencie: lo correcto es el matrimonio entre un hombre y una mujer".
Para Mirtha Monica Morales, originaria de Lima (Perú) y residente de Washington D.C., salir a marchar es una manera de dar testimonio de la importancia de los valores de familia y del matrimonio.
"Me uní a la marcha porque soy consciente de que mientras transmitamos el mensaje de los valores tradicionales del matrimonio, de la dignidad de toda persona desde el bebé hasta el anciano, mientras que hablemos y dialoguemos con todas las personas (desde nuestros familiares hasta las personas en las calles), ponemos un grano de arena para poder ayudar a que nuestra sociedad mejore y se acuerde de estos valores que tenemos", explicó.
"Es por eso que yo me sentí animada a participar en esta marcha -concluyó-, para unirme a la voz de mucha gente que está preocupada por lo que está sucediendo en este país y que afecta globalmente".
"Las consecuencias son globales, estamos viviendo en un mundo globalizado con la tecnología, ideologías y demás, lo que está sucediendo en los Estados Unidos de querer redefinir el matrimonio va a repercutir a nivel mundial -constató-. El senador estatal de Nueva York Ruben Díaz ha dicho durante la marcha que esto es una imposición, acá no habido un referéndum, esto fue impuesto. Y muchos jueces están apoyando estas uniones y muchos creen que en un par de meses se legalizará a nivel nacional".
A la marcha acudieron numerosas familias, niños y ancianos. La nación se prepara para la lucha legal que definirá la postura legal del matrimonio en la sociedad estadounidense. El pueblo ya salió a dar su opinión, toca el turno de los jueces de escuchar.