Los pueblos indígenas tienen derecho a conocer la Palabra de Dios en su propio idioma
La incansable labor del obispo de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas (al sur de México), monseñor Felipe Arizmendi Esquives, junto con un equipo de trabajo multidisciplinario, ha rendido enormes frutos, sobre todo en lo que respecta a acercar la Palabra de Dios a los pueblos nativos, de su diócesis, del país y del Continente.
Durante la última Asamblea que celebró la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en la que participaron 125 obispos del país, monseñor Arizmendi Esquivel presentó al pleno la petición de que fuera aprobada la traducción del Nuevo Testamento en el idioma indígena tsotsil propio de la parroquia de Huixtán, de su diócesis.
Siguiendo la huella de Fray Bartolomé de Las Casas
La petición fue respaldada por monseñor Armando Colín, obispo auxiliar de México y responsable de la Dimensión de Pastoral Bíblica de la CEM, después de que él y su equipo de expertos analizaron la traducción y la calificaron como "bien hecha y concorde con la fe católica". La traducción protestante que se usaba, dijo monseñor Arizmendi Esquivel, "tiene errores doctrinales y culturales". Por ello, "era urgente que se tuviera una traducción netamente fiel a lo que Jesucristo estableció en su Iglesia".
Con esta aprobación, se procederá a la edición de cinco mil ejemplares, en una primera edición, que se elaborará en una imprenta del propio San Cristóbal de Las Casas (cuyo primer obispo fue, en el siglo XVI, el célebre defensor de los indígenas de América, Fray Bartolomé de Las Casas, cuya causa de santidad se encuentra en curso).
Cabe destacar que el idioma tsotsil se habla sólo en Chiapas: en algunas poblaciones de la arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez y en muchas comunidades de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas. Según el último Censo General de Población y Vivienda (2010), hay 300,000 hablantes de este idioma en todo Chiapas, pero es muy posible que sean más, pues muchos indígenas, tanto por su condición como por sus lugares de vivienda no lo declaran en el Censo. En el municipio de Huixtán habitan 21,507 indígenas, de los cuales unos 15,000 son tsotsiles y el resto tseltales.
Una historia muy larga
El municipio de Huixtán es vecino del de San Cristóbal de Las Casas, pero está más distante, geográfica, social y culturalmente, de los otros municipios donde se habla también el tsotsil. Esto ha generado que sus diferencias lingüísticas sean mayores.
"Los municipios tienen sus variantes, que no impiden que se entiendan entre ellos, como pasa con cualquier idioma, pero ellos quieren tener una traducción más acorde con su propia cultura", acotó monseñor Arizmendi Esquivel.
En este sitio, como en muchos otros de la geografía chiapaneca, no se habla el castellano de igual manera en España, que en las diversas regiones de México, o de América Latina. Por ello, desde hace varios años, los tsotsiles de Huixtán decidieron proceder a hacer una traducción propia de esa parroquia, como México tiene una traducción castellana diferente a la de España y a las de otros países latinoamericanos.
Los primeros pasos para esta traducción, en 1971, los emprendió un sacerdote chiapaneco, el padre Marcelo Rodríguez Solórzano, de la Congregación de Misioneros del Sagrado Corazón y Santa María de Guadalupe. Como párroco del lugar, empezó a soñar con una Biblia en el idioma propio del lugar.
Fue hasta 1980 en que se empezó el trabajo propiamente de traducción del Nuevo Testamento. Un sacerdote escocés, el padre Henry McLaughin, párroco del lugar por varios años, ha impulsado mucho este trabajo; así como el actual párroco, el padre Felipe García Mundo.
Indígenas: los principales traductores
Los principales traductores han sido los propios indígenas, catequistas y demás servidores de la Iglesia, pero siempre con el apoyo de sacerdotes tanto indígenas como mestizos.
Es importante resaltar que los catequistas revisaban las traducciones para ver si el texto se entendía, y lo llevaban luego a sus comunidades para que éstas dijeran su palabra al respecto. El fondo doctrinal siempre fue revisado por sacerdotes de la diócesis y por el obispo auxiliar de San Cristóbal de Las Casas, monseñor Enrique Díaz, especialista en Biblia y conocedor del idioma.
"Los pueblos indígenas tienen derecho a disfrutar de la Palabra de Dios en su propio idioma, pues Dios quiere seguirles hablando en su propia cultura. Esperamos que las demás diócesis con culturas indígenas, den los pasos necesarios para tener también sus propias traducciones", terminó diciendo monseñor Arizmendi Esquivel.