Un caso llegado al Consultorio Familiar de AleteiaMi esposo con frecuencia pasa por delirios de celos con crisis explosivas, dándome de golpes con horribles descalificaciones e insultos, porque “imagina” infidelidades de mi parte. Sobre esto, siempre se está quejando injustamente. Me dice que si tiene celos de mí, es porque me quiere mucho, pero sé muy bien que eso no es verdad. Me vigila constantemente sin darse cuenta de que para mí, todo son ultrajes y vejaciones. A veces hasta he sentidos deseos de marcharme de la casa o realmente serle infiel, como si me estuviera contagiando sus frustraciones y amarguras. No sé qué hacer.
LOS CELOS
Tiene celos quien no sabe amar, es inseguro y desconfiado. El esposo que está seguro del cariño que le tiene su mujer, no experimentará los celos. Ciertamente los celos se fincan en el afecto, pero se trata de un afecto que tiene sus raíces en la inseguridad y lo que se tiene realmente es el temor a perder el cariño de la otra persona. La persona celosa tiene baja autoestima, suele compararse y salir perdiendo en esta comparación: que si no gana lo suficiente; que no está agraciado físicamente; o si su mujer está muy guapa. Siempre encuentra alguna razón por la que se “imagina” no valer demasiado, y por lo mismo, lo pueden cambiar por otra persona.
Cuando los celos se transforman en crisis explosivas, en fría hostilidad o agresividad descontrolada, la víctima debe acudir a instituciones especializadas, que en primera instancia procuran dar alivio y resguardo seguro a ésta, sobre todo si existen hijos pequeños. Invitando al marido celoso a recibir ayuda profesional, para que reconozca su problema y nazcan en él deseos de sanar, para recuperar la paz familiar y conyugal.
Un ejemplo de manejo terapéutico, entre otros, es lograr que el paciente exprese sus conflictos y sentimientos, de manera que desahogue su hostilidad en tareas y objetos sustitutos, a la vez que se le ayuda a identificar las causas del problema para incorporar nuevas estrategias de auto control. La identificación misma del origen de su problema, le ayudara a sanar la enfermedad de los celos. Si se demuestra la presencia de una enfermedad mental determinada, el conyugue celoso debe derivarse al especialista en el caso, mediante terapia y la prescripción de psicofármacos.
No se trata solo de ver el costo del esfuerzo en resolver el problema, sino ver también los grandes beneficios a favor de la relación de pareja y de toda la familia; al adquirir la paz y alegría que dan las virtudes que se ganan en el empeño. Lo cual hace valer la pena todo esfuerzo.
No se debe olvidar que Dios acompaña en esta lucha dando sus gracias a quienes, actuando con rectitud de intención, se esfuerzan por superar sus adversidades personales.
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