Ante una personalidad tan luminosa como la de san Francisco de Asís, debemos encontrar también al hombre que fue.
Es importante no ceder con demasiada facilidad al atractivo de una figura maravillosa que se ha creado, a partir de las Florecillas, y que a veces parece una leyenda con una estética de pájaros y lobos que no reflejan del todo (a mi modo de ver) la verdadera personalidad de Francisco.
Que haya sido un amigo de la naturaleza, un poeta y que haya inspirado a numerosos artistas, es un hecho.
Pero si consideramos solo este aspecto, nos olvidamos del camino que recorrió Francisco hasta llegar a ser la figura humilde y pobre que todos conocemos.
El verdadero Francisco
San Francisco fue uno de los innovadores más atrevidos de toda la historia del cristianismo, que rompió con el sistema político-religioso de su tiempo: el del dominio de la Iglesia, las guerras santas y las cruzadas, y que creó, un espacio de libertad exento de la esclavitud del poder.
No todo en su vida proviene de inspiraciones sobrenaturales, y la originalidad de su experiencia espiritual consistirá en hacer que se encuentren el Evangelio y la historia de los hombres, una historia de debilidad.
Lo que nos cuentan de él, en su mayoría, son historias piadosas, o quizás solo se ha escrito el resultado final de largos ratos de oración, de reflexión y de conversión interior.
Me gusta imaginar (y no solo imaginar, porque realmente las tuvo) que para llegar a estas respuestas, Francisco, pasó por experiencias de prueba que lo llevaron a responder y a obrar como lo hizo.
La prueba de humildad
Acá una historia, que quizá tuvo más hilo, más tiempo de lucha y reflexión. Una historia, que quizá a la primera no inspiró alegría en el santo, sino un poco de confusión; pero que, al final, llega hasta nosotros como gran relato de humildad:
Aquí algunas frases de san Francisco de Asís que te harán pensar: