Más muertes de inmigrantes intentado alcanzar el sueño europeo. Y esta vez los números superan, desgraciadamente, todo record. Europa es incapaz de dar una respuesta a la inmigración y parece dispuesta –quizá forzada- a encontrar una solución en la cumbre europea que intentará encontrar medidas para evitar tragedias.
En 2014, unas 219.000 personas, refugiados y migrantes, cruzaron el mar Mediterráneo, según informes facilitados por ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidos para los Refugiados. Casi 3.500 de ellos murieron. Sólo esta semana han fallecido 700, y la semana pasado 400.
Aunque el Mediterráneo no es la única entrada de la inmigración a Europa (también Grecia y los Balcanes son puertas), sí es dónde mayores muertes se producen. La guerra de Siria e Iraq ha incrementado el número de personas que huyen buscando un futuro.
La Unión Europa ha convocado una reunión en Luxemburgo con sus ministros de Asuntos Exteriores para discutir políticas de acción ante esta situación.
El Papa ha reiterado su deseo de que finalice esta lacra y ha dirigido un “llamamiento urgente a la comunidad internacional para que actúe con decisión y rapidez”. Para el Papa Francisco, no es un tema sólo europeo sino que tiene repercusión mundial.
El peor naufragio en el Mediterráneo se ha dado este periodo pascual. Anteriormente, en diciembre de 1996, murieron 280 personas en el sur de la isla italiana de Sicilia. Y en mayo de 2011, frente a la costa de Libia, sobrevivieron 130 personas de un barco con 600 inmigrantes a bordo.
El comisario europeo de política de vecindad, Johannes Hahn, ha expresado su pesar diciendo que es “vergonzoso” que estas personas “tengan que cruzar el mar y mueran”.
Los refugiados son casi 17 millones de personas en el mundo –según la definición formulada por el derecho internacional-, pero estas cifras se han quedado cortas al doblarse el número de prófugos internos en los países que no están jurídicamente protegidos. La Santa Sede, en un documento llamado “Refugiados, un reto a la solidaridad”, expresa su preocupación por este fenómeno: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/corunum/index_sp.htm
El Centro Astalli de Roma, una de las entidades católicas más comprometidas con la migración, ha pedido “medidas inmediatas nacionales y europeas”. Aparte de la activación de socorro, este centro liderado por los jesuitas denuncia que “hoy pagamos el precio altísimo de una nefasta decisión, interrumpir la operación Mare Nostrum y substituirla hipócritamente por Tritón, que tiene sólo el mandato de controlar fronteras, y no de salvar vidas humanas”.
La operación Tritón es una misión conjunta de la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión (Frontex). Su cometido es salvaguardar fronteras. La Operación Mare Nostrum es una iniciativa italiana. Ambas han fracasado en la celeridad para salvar rápidamente a quién naufraga.
“Este desastre confirma cuán urgente sea restablecer una robusta operación de rescate en el mar y establecer vías legales creíbles para llegar a Europa. De lo contrario, las personas continuarán pereciendo en el mar", ha dicho António Guterres, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (www.acnur.org).
James Stapleton, Coordinador del Servicio Internacional de Refugiados, ha explicado a Aleteia que siente “vergüenza, frustración y desilusión” por ver que todas las advertencias que se han hecho hasta ahora han sido vanas.
“Es casi obsceno que mientras se está muriendo gente en el mar, algunos políticos estén discutiendo la idea de si es pertinente salvar vidas, o si esto va a propiciar todavía más migraciones”, condena Stapleton.
“Si Europa cierra las ojos no funciona nada, estamos hablando de personas que huyen de persecuciones y guerras, sobretodo de Siria e Iraq. Y tenemos que intentar que estos refugiados estén bien, que los niños sean escolarizados. Vamos a perder una generación entera, si no ponemos remedio”, añade.
“Ahora todo el mundo habla de traficantes de personas, pero ¿qué hay detrás? La desesperación de gente que ve en Europa un lugar de derechos humanos y de dignidad. Y no es precisamente esto lo que estamos haciendo. Tenemos que apoyar canales humanitarios”, sugiere.
Xavier Aragall, del área de Políticas Euromediterráneas del Insistuto IEMED (www.iemed.org), ha dicho a Aleteia que « a la solución inmediata de restablecer un operativo como el Mare Nostrum, debe seguir una política valiente y efectiva sobre cómo gestionar des de la UE, a medio y largo plazo, este doble flujo de personas (refugiados e inmigrantes)”.
“Actuar simultáneamente sobre las causas de los flujos de refugiados y sobre las causas de los flujos de inmigración, es complejo y requiere tiempo, pero de lo contrario habrá que lamentar periódicamente estos naufragios en el Mediterráneo”, vaticina Aragall.
Soluciones posibles para evitar tragedias en el Mediterráneo:
-Aplicar un encuentro entre estados europeos y países originarios de la inmigración
-Reconocer el estatuto de refugiado en Europa y poder repartir de manera ecua a estas personas
-Acoger de manera proporcional a los inmigrantes forzados. Hoy sólo 6 estados de los 28 europeos acogen a las personas que se han escapa de guerras y persecuciones (ahora también del Estado Islámico y otros grupos terroristas)
-Terminar con los traficantes de seres humanos
Hoy celebramos a...