“Estamos consternados. La muerte de Nauman Masih, el chico de 14 años cristiano quemado vivo por un grupo de musulmanes, es inverosímil. Hace dos días los doctores decían que, a pesar de las quemaduras graves, el muchacho podía sobrevivir ya que no se había dañado ningún órgano interno. Luego tras una intervención de cirugía plástica, ha fallecido”.
Lo declara a la agencia Fides la abogada cristiana Aneeqa Maria Anthony, coordinadora de la ONG The Voice Society, que reúne a un equipo de abogados que trabajan por la defensa de los derechos humanos.
La organización ha seguido el caso desde el inicio, recogiendo las declaraciones de Nauman Nasih y presentando una denuncia ante la policía. Los miembros de la ONG han estado a los pies de la cama del muchacho desde la tarde del día en que le agredieron.
Ayer algunas fuentes trataron de darle otros motivos diferentes de la religión a la agresión: según algunos medios de comunicación pakistaníes, el ataque a Nauman habría sido el resultado de una disputa dentro de la familia.
La abogada Anthony lo niega categóricamente: “Hemos recogido la historia de Nauman y su explicación de los hechos estaba clara. Le atacaron dos desconocidos después de que les confesara su profesión de fe cristiana. El resto son sólo rumores y pistas falsas”.
Según la mujer, “hay un 85% de probabilidad de que se trate de una represalia por el linchamiento de dos musulmanes en Youhanabad”.
Quedan por aclarar las circunstancias de la muerte. “Estamos a la espera del informe del forense y de la autopsia. Su repentina muerte no es nada convincente. Se requiere una investigación a fondo. Nauman había dicho que era capaz de reconocer a sus agresores, que ahora quedarán impunes”, afirma.
El abogado promete que la ONG The Voice Society continuará siguiendo el caso “como una cuestión de justicia”. “Vamos a seguir el trabajo de la policía y de las autoridades civiles. Reiteramos la solicitud a las instituciones de poner todos los esfuerzos para arrojar luz sobre este triste asunto que ve como víctima a un niño inocente que ha muerto injustamente, sólo a causa de su fe”.