La población ilegal en EEUU se estima en 11 millones de personas
Con el hermanamiento de Nueva York y Los Ángeles para tratar de revertir el congelamiento del alivio migratorio ofrecido –como acción ejecutiva—por el presidente de Estados Unidos Barack Obama y obstaculizado por una corte federal en Texas, ha vuelto a la palestra la discusión sobre los beneficios y los males que le acarrea a Estados Unidos la inmigración, sobre todo la inmigración de origen hispano.
Ante ese panorama, a menudo lastrado por los extremismos políticos de republicanos y demócratas, es pertinente escuchar una opinión calificada. Tal la es la de la abogado Lori T. Chesser, socia del la Firma Davis Brown Law y la encargada del Departamento de Inmigración de la propia empresa.
Chesser tiene especialidad en finanzas y en derecho corporativo, pero ha practicado principalmente el derecho migratorio en la ciudad de Des Moines, en Iowa, Estados Unidos. Se trata de una experta en la materia y ha sido entrevistado, recientemente, por la revista Living City.
La migración previene la disminución poblacional
Chesser reconoce en la entrevista que Estados Unidos necesita a los inmigrantes puesto que la economía estadounidense está muy ligada a los mercados mundiales y es dependiente de la economía y el turismo. “La inmigración facilita las tres actividades”, según el abogado.
Además, también reconoce que Estados Unidos depende, en gran medida, del gasto del consumidor. “Al aumentar la inmigración, previene que la población disminuya (lo cual sucede en muchos lugares) y apoya el crecimiento económico. Las universidades estadounidenses se basan en las matrículas de los estudiantes extranjeros. Las familias están menos definidas por geografía que en cualquier otro tiempo en la historia”.
En un tema duramente debatido en la Unión Americana, el tema de que si los inmigrantes están tomando los puestos de trabajo que le deberían corresponder a los propios estadounidense, la abogada entrevistada por Living City piensa que a través de la historia los inmigrantes han colmado la escasez de trabajadores en la población nativa.
“Estudios confiables –apunta Chesser– demuestran que la mano de obra inmigrante afecta negativamente los salarios del tres por ciento más bajo del mercado donde algunos inmigrantes compiten directamente con trabajadores estadounidenses. Por otro lado, los inmigrantes están creando trabajos en los Estados Unidos. Numerosos estudios muestran la proclividad de los inmigrantes para comenzar un negocio de cualquier tipo. Algunas de nuestras empresas más grandes y exitosas, comenzaron con al menos un inmigrante como fundador”.
Once millones de personas carecen de estatus legal
Por lo demás, si bien es cierto que los inmigrantes usan los recursos estadounidenses, también lo es que en la mayoría de casos, los inmigrantes van a Estados Unidos a trabajar.
“Algunos vienen a reunirse con sus familiares y algunos huyendo de la persecución, pero la participación del inmigrante en la fuerza laboral es mayor que la contraparte nacidos en el país. Casi todos los programas de beneficio público no están disponibles a los inmigrantes a menos que hayan obtenido la residencia permanente, un proceso que puede tomar muchos años”, subraya Chesser.
Sobre el tema de la ilegalidad, tras recordar que, actualmente, la población ilegal en Estados Unidos se estima en 11 millones de personas, Chesser destaca que Estados Unidos no tiene ningún visado para mano de obra temporal no estacional; que falta aplicación y aliento tácito de cruce fronterizo incontrolado y que no hay leyes que permitan la regularización de la situación mediante el pago de una multa.
Finalmente, sobre si los inmigrantes están cambiando la cultura estadounidense, Lori T. Chesser piensa que sí, “al igual que muchos de nuestros antepasados cambiaron la cultura que encontraron a su llegada”; por lo que se debería dejar de ver la inmigración como un problema.
“La gente se mueve. Es por eso que la mayoría de nosotros está hoy aquí. Como un país soberano, Estados Unidos tiene derecho a controlar sus fronteras. Pero cuando hablamos de cambiar la ley de inmigración, no estamos hablando de defensa contra una amenaza, sino dirigiendo una oportunidad”, termina diciendo la especialista en leyes migratorias y en derecho sobre un tema clave en el futuro de la Unión Americana.
(Con información de El Pregonero)