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Lectio Divina: Domingo de Resurrección Ciclo B

Bible and candle – es

Renan Marks / Flickr / CC

Fundación Ramón Pané - publicado el 05/04/15

Una guía para rezar con la Escritura esta Pascua
LECTIO DIVINA 
DOMINGO DE RESURRECCIÓN CICLO B


Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo, Señor y dador de vida.
Estamos acompañando a María y los Apóstoles en este día solemne.
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias. Porque queremos reavivar la esperanza.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de la resurrección de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén

TEXTO BIBLICO: Juan 20, 1-9
"Todavía no habían entendido que, según la Escritura,
Él debía resucitar de entre los muertos"


   20,1: El primer día de la semana, muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena va al sepulcro y observa que la piedra está retirada del sepulcro. 20,2: Llega corriendo a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, el que era muy amigo de Jesús, y les dice:
   —Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
  20,3: Salió Pedro con el otro discípulo y se dirigieron al sepulcro. 20,4: Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al sepulcro.20,5: Inclinándose vio las sábanas en el suelo, pero no entró. 20,6: Después llegó Simón Pedro, que le seguía y entró en el sepulcro. Observó los lienzos en el suelo 20,7: y el sudario que le había envuelto la cabeza no en el suelo con los lienzos, sino enrollado en lugar aparte.
  20,8: Entonces entró el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.20,9: Todavía no habían entendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.    

BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO

LECTURA: ¿Qué dice el texto?


Este domingo de Resurrección, nos saludamos con la alegría más profunda diciendo “Felices Pascuas”.
Es el saludo cristiano por excelencia, pues reconocemos en nuestra fe, que Jesús, es el Cristo de la Historia que ha vencido a la muerte, y que con su resurrección, nos invita a todos a seguirlo para alcanzar la vida eterna.

Juan comienza diciendo que esto ocurre el primer día de la semana. Recordemos que los judíos fueron quienes comenzaron con el calendario semanal de siete días, en que todo concluía el Sábado. Éste era para ellos el día solemne, donde Dios pedía un descanso para todos. Para este motivo existió el himno o salmo de la creación en el Génesis en sus primeros capítulos.

Jesús fue crucificado, muerto y sepultado muy repentinamente el día viernes. Lo tuvieron que hacer así de rápido, pues ya estaba por oscurecer y el día siguiente sería el sábado, en que no estaba permitido hacer ninguna actividad.

Por eso prácticamente tuvieron que dejar el cuerpo envuelto en una sábana sin ninguna preparación con aceites y perfumes como hacen los judíos. Lo harían ya pasado el sábado.

Esta narración no nos dice cómo se pasó ese sábado, pero es de entender que todos los seguidores de Jesús, sus discípulos, sus apóstoles quedaron áltamente frustrados por la situación y nos imaginamos una angustia indescriptible.

Las narraciones del día domingo de resurrección, están contadas por los evangelistas con matices especiales. Pero la primera idea que nos podemos imaginar es que muy de madrugada María Magdalena (Mateo y Marcos ponen también a otras mujeres), van al sepulcro y su pensamiento seguramente sería “quién podría ayudarlas a correr la enorme piedra que sellaba el Sepulcro”.

Pero en todas las narraciones se dice que la piedra estaba corrida y que el lienzo que cubría a Jesús estaba en el suelo y no estaba el cuerpo del Maestro.

Inmediatamente corre María Magdalena a anunciar y entonces de prisa llega Juan, quien mirando desde afuera, espera que sea Pedro quien entre primero. Éste corrobora que los lienzos están en el suelo y el sudario doblado, como cuando los rabinos doblaban sus servilletas para decir que volverían. Juan dio la preminencia a Pedro y luego dice que él entró y viendo creyó. 

Juan aclara que ellos a pesar que habían estado con Jesús y conocían las Sagradas Escrituras, no habían entendido hasta ese momento. Y es importante destacar que el mismo Juan dice que vio y creyó.

El mismo evangelista dirá en el versículo 29 en la reprimenda que Jesús da a Tomás: ¿Porque has visto has creído? Felices los que creen sin ver. Esto lo dice Juan para dar a entender que hasta él mismo tuvo ciertos problemas con la fe. Ahora creen porque han visto.

MEDITACION: ¿Qué me dice a mí el texto?


Nos preguntamos para profundizar en nuestra vida estas palabras de Salvación:

  1. ¿También yo al igual que la Magdalena corro presuroso al encuentro con Jesús?
  2. ¿Prefiero encontrar a “Jesús muerto” para ungirlo y que Él no me diga ni me oriente en nada? ¿Soy capaz de encontrarme con Jesús resucitado que obviamente me lanza a una dimensión misionera nueva y no esperada?
  3. ¿Qué cosas necesito yo ver para poder creer?
  4. ¿Cuál es mi relación con la Sagrada Escritura? ¿La leo y medito con frecuencia? ¿Practico la Lectio Divina? ¿Creo que Dios me habla a través de la Sagrada Escritura?


ORACION: ¿Qué le digo yo al Señor?


Orar, es responderle al Señor que nos habla primero.

Gracias Señor porque quisiste compartir con la humanidad tanto la vida como la muerte que nos tenía prisioneros. Gracias por que en tu resurrección encontramos el sentido a nuestra existencia.

Señor acéptame como tu discípulo y también tu testigo y misionero. Dame el valor para vivir de este modo.

Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Añadimos unas intenciones de oración.

CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo el texto?


Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del texto para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón:

«Todavía no habían entendido que, según la Escritura, Él debía resucitar de entre los muertos»
(Versículo 9)

Y de esta forma nos ponemos en contemplación.

ACCIÓN: ¿A qué me comprometo?


Hoy me comprometo a mostrar mi alegría pascual haciendo una obra de misericordia, para que los demás viendo lo que realizo, puedan creer.

Mi agradecimiento por creer en Jesús se manifiesta con llevar la esperanza cristiana a los demás, especialmente a los que sufren en los hospitales, en los asilos. Visitaré con gozo pascual a personas que me recuerden a Cristo, y daré testimonio de la esperanza.

Por el Hno. Ricardo Grzona, frp

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