El Pontífice pide a los sacerdotes y consagrados de no dejarse llevar por la mundanidad y el amor al dinero. El centro es Jesús
Campaña de Cuaresma 2025
Este contenido es gratuito, como todos nuestros artículos.
Apóyanos con un donativo y permítenos seguir llegando a millones de lectores.
El Papa Francisco ha denunciado que en la vida consagrada y sacerdotal también hay un “terrorismo de las habladurías”. “No es fácil la vida de comunidad”, indicó.
“El diablo nos tienta para evitar la fraternidad“ en la vida comunitaria. “El terrorismo de las habladurías. Porque ese que habla mal de los demás es un terrorista…las habladurías destruyen” la Iglesia.
El Papa ha dejado las hojas preparadas, “los discursos son aburridos” y ha hablado desde la experiencia y el corazón a los religiosos y los diáconos permanentes en la catedral de Nápoles este sábado 21 de marzo.
El Papa asegura que pueden haber conflictos entre las personas, pero se hablan en la cara. “¿Si me es antipático el obispos y lo dijo a otro?” . “Las habladurías son un terrorismo de la fraternidad sacerdotal, de las comunidades religiosas”.
Papa Francisco presentó tres lecciones para tener al centro a Jesús:
– La adoración. ¿Tu rezas? ¿Adoras al Señor? Hemos perdido la adoración a Dios.
– No puedes amar a Jesús, sin amar a su esposa, la Iglesia. El amor a la Iglesia no nos puede abandonar.
– El celo apostólico. La misionalidad. Amar a la Iglesia significa salir de si mismos e ir a la adoración. La Iglesia debe convertirse a la misionalidad. La Iglesia no es una ONG. La misión de la Iglesia “es llevar a Jesús”.
No hay pensión para sacerdotes y consagrados
El Papa fue muy concreto poniendo ejemplos sobre las tentaciones que se pueden presentar e la vida de los sacerdotes, los religiosos y las religiosas. “Recuerdo que un sacerdote me dijo para nosotros no hay pensión. Seguimos trabajando con nuestra oración en la casa de reposo. Jesús es el centro de la vida” insistió.
Además, mencionó el caso de una monja que le pidió la última bendición antes de morir porque se iba a abrir un convento en una zona alejada y no volvería. “Esa es la verdadera misionalidad”, señaló.
¿Qué hacer cuando la madre superiora me está antipática?
“Si mi centro es Jesús, rezó por la superiora que no me gusta, la tolero y hago de todo para que los otros superiores sepan lo que hace. Pero nadie me puede quitar la alegría. Jesús está en el centro”, indicó el Papa.
¿Me hago sacerdote por amor a Jesús o por hacer carrera?
“A los seminaristas les digo – si ustedes no están seguros de que Jesús es el centro de su vida- esperen para la ordenación”.
Francisco exhortó a los seminaristas a pensarlo bien antes de volverse en sacerdotes carreristas. Se refirió a la vocación como a un dono que da la Virgen María. “Es ella quien nos da su hijo. Si no veneramos a la Madre ella, no nos dará a su Hijo”.
El espíritu de la pobreza
¿Faltan vocaciones? preguntó a los presentes y respondió que el testimonio de vida trae vocaciones. “Una vida mundana no nos ayuda. La gente ve el testimonio de ese sacerdote, esa monja”. “Yo quiero ser como esa monja, como ese sacerdote…la vida mundana aleja las vocaciones”.
“Había un colegio de monjas, monjas buenas. La casa donde vivían era vieja. La reestructuraron. Demasiado bien. La casa terminó por ser lujosa…en cada habitación un televisor y a la hora de la novela, no se veía una sola monja”, expresó Francisco.
El voto de pobreza, no es de miseria
“El espíritu de pobreza, no es un espíritu de miseria. Un sacerdote puede tener sus ahorros…pero no puede estar agarrado al dinero, avaro”, sostuvo el Papa.
“Cuando la Iglesia entra en el ‘negocio’ es muy feo”. “Conocí una religiosa que era grande, administraba muy bien, había creado varios colegios, pero juzgaba a todos por su dinero y posición. Pobrecita ya lo tenía en la cabeza”.
Después continuó su parábola moderna sobre la superiora de 70 años que sufrió un desmayo y las maestras de su escuela buscaban reanimarle y se escucho entre los presentes: “métanle un billete de 100 pesos en el bolsillo para ver si vuelve en sí” e indicó que esas fueron las últimas palabras dirigidas a la monja moribunda.
Reconocer en la gente humilde las obras de la misericordia
“Las obras de misericordia son hechas por las viejitas, la gente simple, seguir a Jesús es sencillo”. ¿Donde está la obra de la misericordia de enseñar aquellos que no saben? El Papa se refirió también a los niños que no saben hacerse la señal de la cruz.
Qué no falte la alegría que viene de Dios
“Los consagrados tristes, aburridos, con la congoja del corazón…estos consagrados tienen algo…les falta la alegría deben ir a un consejero espiritual”. “Sin alegría tu no atraes” falta Cristo, dijo.
La alegría de que mi vida es plena en Jesús. Veo todos los días que Dios me es fiel. Yo a lo mejor no lo soy, entonces está el sacramento de la penitencia. Pero pidió que no falte la alegría.