El Misterio celebrado en la liturgia es uno, pero las formas de su celebración son diversas. ¿De qué misterio hablamos? Del misterio pascual. La Iglesia, fiel a la fe apostólica, desde la primera comunidad de Jerusalén hasta el final de los tiempos celebra y celebrará en todo lugar el mismo Misterio pascual.
Y las diversas tradiciones litúrgicas o ritos, manifiestan la catolicidad de la Iglesia por significar y comunicar el mismo Misterio de Cristo.
Los diversos ritos en la Iglesia se fueron formando en las distintas regiones donde se extendió la Iglesia. Todos los ritos derivan de aquella primera “fracción del pan” que practicaron los apóstoles, según las instrucciones recibidas de Jesús, para conmemorar su muerte y resurrección, celebrando la Eucaristía.
Posteriormente, a la primitiva sencillez de aquellas celebraciones se fueron añadiendo nuevos elementos de lecturas sagradas, oraciones e invocaciones. Así fueron surgiendo las diversas maneras de la celebración que ahora llamamos ritos.
Por tanto el criterio que asegura la unidad en la multiformidad de las tradiciones litúrgicas es la fidelidad a la Tradición apostólica, es decir: la comunión en la fe y los sacramentos recibidos de los Apóstoles, comunión que está significada y garantizada por la sucesión apostólica.
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La Iglesia católica, tanto en occidente como en oriente, tiene una amplia gama de ritos:
Hay cuatro troncos principales:
1.- En occidente: El rito latino.
2.- En oriente:
a).- El rito antioqueno (Sirio).
b).- El rito bizantino que surgió de un grupo de ritos provenientes del rito de antioqueno bajo la influencia de san Basilio y san Juan Crisóstomo.
c).- El rito alejandrino (Egipto).
En estos cuatro troncos se agrupan la totalidad de ritos: 29 para ser más exactos.
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El rito latino es originariamente el rito de Roma, que luego se extendió por Occidente. Es el empleado por la gran mayoría de católicos latinos y de católicos en general. Patriarca de estos es el Obispo de Roma (el Papa).
El Rito romano se desarrolló con el tiempo y pasó por muchos cambios en los primeros 15 siglos hasta la unificación establecida por Pío V respondiendo a lo solicitado por el Concilio de Trento.
Continuó con mínimas variaciones en los siglos posteriores. El papa Pío X modificó radicalmente el Salterio del Breviario y alteró las rúbricas de la misa.
Los Papas posteriores continuaron con los cambios, empezando con Pío XII, quien revisó las ceremonias de Semana Santa y ciertos aspectos del Misal Romano en 1955.
Fue en el siglo XX cuando hubo cambios más profundos con el Concilio Vaticano II. Este concilio expresó el deseo de que la reverencia al culto divino, se renovase de nuevo y se adaptase a las necesidades de la actual época.
Por esto el Concilio Vaticano II propuso una revisión general de los rituales de todos los sacramentos, incluyendo la Eucaristía.
La liturgia tridentina tuvo su última expresión en el misal del beato Juan XXIII del año 1962 que hasta el Concilio Vaticano II se usó.
Después el papa Pablo VI concretó los deseos conciliares con el misal del año 1970. La Misa de Pablo VI es conocida como la Forma Ordinaria del Rito Romano.
Juan Pablo II revisó la tercera edición típica del Misal Romano. Posteriormente bajo los términos del Motu proprio Summorum Pontificum del papa Benedicto XVI, sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma de 1970, se indica que la Misa tridentina, es decir, el Misal Romano promulgado por san Pío V y nuevamente editado por el beato Juan XXIII con el misal de 1962 debe considerarse como expresión extraordinaria de la liturgia de la Iglesia.
Por eso es lícito celebrar la misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el beato Juan XXIII.
Las condiciones para el uso de este misal, consignadas en los documentos Quattuor abhinc annis y Ecclesia Dei, de Juan Pablo II, revisaron por tanto y están ahora reguladas en el motu proprio Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI, firmado el 7 de julio del 2007.
Otros ritos hoy en uso
Roma crea de acuerdo con las determinaciones del Concilio de Trento (1545-1563) los libros que unifican la liturgia de la Iglesia latina.
Como el Breviario y el Misal no tenían carácter obligatorio en el caso de que existiesen otros ritos diferentes con una antigüedad superior a los 200 años, pudieron éstos conservarse aunque fueron pocos los que subsistieron a la corriente romanizadora.
Unos pocos ritos litúrgicos latinos persisten hoy día para la celebración de la misa en forma revisada desde 1965-1970, pero los ritos litúrgicos específicos para celebrar los demás sacramentos han sido prácticamente abandonados.
Entre los que se conservan está el rito bracarense de la diócesis de Braga (Portugal) y los ritos de algunas órdenes religiosas; ritos que continúan en uso de forma limitada con permiso de los superiores eclesiásticos gracias al Motu Propio Summorum Pontificum.
Gracias a este motu propio las órdenes religiosas con rito propio han vuelto a recuperar su liturgia. Estos ritos son similares al Rito Romano en su Forma Extraordinaria, pero con algunas particularidades.
Este es el caso del rito premostratense, del rito dominicano, del rito carmelita, del rito cartujo, del rito cisterciense.
Rito premostratense: La Orden de los Premonstratenses, en España también conocida como mostenses, es una orden religiosa de vida monacal fundada por san Norberto el año 1120.
Su nombre se debe al lugar donde se originó, en la abadía de Prémontré, en Prémontré (Francia). Su vida se basa en la regla de los canónigos regulares de San Agustín.
Rito dominicano: Rito de la Orden de Predicadores, fundada por santo Domingo de Guzmán en 1215.
Rito carmelita: Rito de la Orden del Carmelo, cuyo primer maestro general fue san Bertoldo (siglo XII).
Rito cartujo: Rito de la Orden de Cartujos, fundada por san Bruno en 1084. El rito cartujo está en uso bajo una versión revisada en 1981.
Rito cisterciense: es una orden monástica católica reformada, cuyo origen se remonta a la fundación de la Abadía de Císter por Roberto de Molesmes en 1098.
El rito bracarense o bragano: Rito de la archidiócesis de Braga, la sede del primado de Portugal; viene del siglo XII o antes. Se continúa usando de forma opcional en la arquidiócesis de Braga, al norte de Portugal.
Ritos ahora inexistentes:
Entre los ritos ahora en desuso resaltemos dos:
Rito celta: Surgió en los pueblos de origen celta del occidente europeo. Está bastante relacionado e influido por el galicano. En Inglaterra desapareció ya en el siglo VII bajo el influjo de los benedictinos. En la Bretaña francesa se mantuvo hasta el siglo IX y subsistió hasta el siglo XII en Irlanda.
Rito galicano (Francia): De él conservamos el libro litúrgico más antiguo de la Iglesia latina (siglo V). Tuvo un poderoso influjo oriental. Vivió una especie de renacimiento en los siglos XVII y XVIII en diversas liturgias regionales como la de Lyon.
Estos ritos y algunos otros de menor importancia fueron absorbidos por la liturgia romana.
2. El rito hispano o mozarábigo: Es el rito de la Península Ibérica (España y Portugal) conocido desde por lo menos el siglo VI, pero probablemente con sus raíces en la evangelización original. Se le llama comúnmente ‘mozárabe’.
Su uso persistió entre los mozárabes, es decir, los cristianos sometidos a los árabes en España.
La liturgia mozárabe (española) tuvo su momento de esplendor en la época visigoda, (siglo VII). Empezó a ser fuertemente reprimida por la romana hacia el siglo XI y sólo subsiste hoy en la catedral de Toledo, España. Su celebración hoy en día es generalmente semi-privada.
3. El rito ambrosiano: Es el rito de la arquidiócesis de Milán (Italia). De temprano origen y probablemente consolidado pero no originado por san Ambrosio (siglo IV), poco a poco fue romanizándose.
Ha llegado a nuestros días vigente en la diócesis de Milán y algunas zonas vecinas. Es similar al rito romano, con algunas variantes en los textos y una ligera diferencia en el orden de las lecturas.
Hoy celebramos a...