Aleteia logoAleteia logoAleteia
sábado 20 abril |
San Expedito
Aleteia logo
Espiritualidad
separateurCreated with Sketch.

El Yunque, hora de salir del escondite

Yunque

© Random House Mondadori

Jorge Traslosheros - publicado el 14/03/15

Si su finalidad es hacer el bien, entonces, ¿para qué se ocultan? Y si no es así, ¿por qué se dicen cristianos?

El medio católico internacional Aleteia.org, publicó una serie de reportajes y entrevistas muy interesantes sobre el Yunque, derivadas de un proceso judicial. Al final, nada que no conociéramos o no se hubiera dicho ya en México. El Yunque es una organización secreta con membrete católico, en este orden. El problema es que, cuando el término católico se convierte en adjetivo calificativo se torna en ideología manipuladora de la fe. Católico es sustantivo o no puede ser.

El Yunque existe. Pequeña sorpresa. Al parecer es una consecuencia no deseada de la violenta persecución religiosa del primer tercio del siglo XX en México, si bien se desarrolla en la confrontación anticomunista de los años sesentas. Como organización, sus miembros se dicen católicos e incluso afirman defender a la Iglesia; pero en los hechos esconden su identidad. Cabe preguntarnos, ¿se puede defender a la Iglesia desde un catolicismo vergonzante? La respuesta es, por necesidad, negativa. La Iglesia está para proclamar el Evangelio, para eso la fundó Jesús y ésta es la razón de su existencia. Católico y vergonzante son términos incompatibles.

No se comprende por qué el Yunque deba ser una sociedad secreta, no en su origen y mucho menos hoy, en medio de una sociedad caracterizada por su pluralidad. Si su finalidad es hacer el bien, entonces, ¿para qué se ocultan? Y si no es así, ¿por qué se dicen cristianos? El único escondite digno para un cristiano son las catacumbas. Y en las catacumbas florece la Iglesia, jamás una sociedad secreta.

Los apóstoles, padres apostólicos y padres de la Iglesia, lejos de hacer de la comunión de los bautizados un grupo oculto, formaron un espacio de encuentro y caridad. A lo largo de la historia, en las duras y en las maduras, se ha pedido públicamente a los emperadores, dictadores y demás gente horrorosa, un lugar digno en la sociedad para participar en la construcción del bien común, como hoy lo exigen el Papa, los obispos en Medio Oriente y en China, por ejemplo.

En nuestros días proclamar el Evangelio pasa necesariamente por la lucha contra la cultura del descarte y la indiferencia, desenmascarando la dictadura del relativismo. Implica trabajar a favor de la vida desde la fecundación hasta la muerte natural, por la familia, la libertad religiosa, la educación centrada en la dignidad humana, los derechos humanos, la justicia, la verdad. Y la verdad es que nada de esto se puede hacer desde una organización oculta que, en manera alguna, puede identificarse con las catacumbas. La Iglesia de las catacumbas y una organización secreta son realidades en franca contradicción.  

La Iglesia se opone decididamente a las sociedades secretas por una sencilla y evangélica razón: ¡no se puede predicar el Evangelio en lo oscurito! La palabra de Cristo se anuncia, se proclama el Kerigma y se trabaja con caridad, o no se puede ser Iglesia. A Cristo lo elevaron en el árbol de la Cruz a plena luz del día y, desde la Cruz, resucitó para redimir a toda la humanidad. Mandó a los apóstoles que hicieran discípulos de todas las naciones, bautizar y perdonar los pecados, no a que formaran una secta de iluminados. ¡Fundó su Iglesia para ser luz del mundo, sal de la tierra, levadura en la masa, grano de mostaza!

El Yunque, como cualquier sociedad oculta de membrete católico, en su afán de jugar a las escondidillas le hace mucho daño a labor de evangelización y, por ende, a la Iglesia. Dan pie a todo tipo de funestas leyendas que luego se las endilgan a obras de católicos que participan con honestidad en la sociedad civil. En ocasiones basta que se diga que una obra está infiltrada por el Yunque, para lanzar sobre ella un velo de sospecha. Y, como desde lo oscurito nadie puede aclarar las cosas, el chisme se propaga como el fuego.


Ahora bien, se dice que es una sociedad secreta, pero, a como están las cosas, ya únicamente lo es para sus miembros. Cuando va usted a alguna reunión pastoral, o de cualquier otra índole, y, de repente, como sacado de uñita de la bolsa, aparece alguien con cara circunstancia, con gesto adusto como de quien no quiere que los demás sepan que pertenece a una sociedad secreta, entonces tiene usted frente a sí a un probable miembro del Yunque. La pregunta es obligada entre los comensales: “Oye, ¿quién era ese cuate? Ah, no se bien, pero parece que es del Yunque, aunque eso nadie lo sabe”. Y así por el estilo.

Donde quiera que se encuentren, quienes sean, a los yunques les llegó el momento de abandonar su nefasto catolicismo vergonzante. Es la hora, siempre es la hora, de salir del escondite e integrarse como Dios manda a la Iglesia y a la sociedad civil o, de lo contrario, renunciar a sus pretensiones de catolicidad pues están en contradicción misma con la Iglesia. Creo que a sus miembros les haría mucho bien meditar las primeras palabras dichas por el Papa Francisco en su pontificado: el católico debe, al mismo tiempo, caminar con Dios, construir la Iglesia y confesar a Cristo muerto y resucitado, pues quien no le reza a Dios, le reza al diablo. 

Este artículo ha sido publicado simultáneamente en el diario La Razón de México

Tags:
mexico
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.