Elvira Piña dirige el retiro de Cuaresma en el Santuario Divino Niño de Caracas
“No podemos hablar mal en el hogar, porque las palabras dividen cuando se usan como navajas para lesionar; restan cuando se usan con ligereza para censurar; suman cuando se emplean para dialogar; y multiplican cuando se dan con generosidad para servir”.
Lo afirmó, entre oraciones y alabanzas en ritmos caribeños, Elvira Piña, una predicadora y cantante colombiana, que dirigió el retiro espiritual mensual de Cuaresma celebrado los días 7 y 8 de marzo en el Santuario del Divino Niño en La Rinconada, Caracas (Venezuela), animado por la Fundación El buen samaritano.
Durante las jornadas habló de los valores del Reino de los Cielos, de la conversión personal, la misericordia de Dios y el compromiso con los más necesitados y fue el domingo cuando predicó sobre la familia como elemento principal del cambio en la sociedad.
Citando al libro de Josué, indicó la importancia que se le debe dar a la familia en las propuestas de cambio. “Mi casa y yo serviremos al Señor”, recordó ampliando las enseñanzas y el compromiso que el israelita le hizo a Dios.
“Cuando la esposa y el esposo se aman de manera sincera, las bendiciones son para sus hijos”, dijo, “y en consecuencia, también son para la sociedad”.
Oración, ayuno y limosna
Ese domingo, monseñor Fernando Castro Aguayo, obispo auxiliar de Caracas, fue invitado a presidir la eucaristía y durante la homilía habló de la oración, la penitencia y la caridad.
“Servir no es una humillación; servir es reinar. El que sirve reina y se parece a Jesucristo”, dijo el prelado. Igualmente llamó a tener una “profunda alegría de ser cristianos por tener a Jesucristo como centro y guía de esta comunidad carismática”.
Reconoció que “los samaritanos tienen una característica muy particular: la misericordia, la cual forma parte de su espiritualidad siendo el carisma que los identifica”. Luego recomendó a los asistentes: “la caridad hay que vivirla siempre y comienza con el que tenemos más cerca, como es el caso de la familia”.
“Jesucristo encontró por primera vez la felicidad en la familia, en los brazos de sus madre, en el afecto de su padre y en la tranquilidad de su hogar”, expresó.
Finalmente, invitó a la Comunidad Carismática Los Samaritanos, como integrantes de la arquidiócesis de Caracas, a sumarse y difundir los días de oración convocados por el Papa Francisco, y que se han previsto para los días 14 y 15 de marzo en Caracas y en todo el mundo.
“Vamos a dedicarlos especialmente, a tres intenciones: primero, la renovación espiritual personal y de la patria; segundo, el cese la violencia; y en tercer lugar, el aumento de las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa en Caracas y Venezuela”.
La comunidad carismática se sintió fortalecida con esta visita y con el retiro, renovando su compromiso con el trabajo que realizan por los más necesitados.
Fundación El buen samaritano
El ejemplo del Buen Samaritano contenido en el capítulo 9 del Evangelio de San Lucas, ha motivado a muchos cristianos a practicar entre los más necesitados las obras de misericordia y redención espiritual y social contenidas en la famosa parábola.
En Venezuela, uno de estos incansables samaritanos es el padre Vicente Mancini Pozzati, un italiano que nació en Ariano (Rovigo), cerca de Venecia, el 22 de enero de 1937, y fue ordenado sacerdote salesiano, el 6 de marzo de 1966.
El Padre Vicente cumplió varias responsabilidades dentro de la congregación de Don Bosco, prácticamente en toda Venezuela.
Pero, en 1985, a partir de un retiro básico para sacerdotes convocado por la Renovación Carismática, en El Jabón, estado Lara, tuvo su “encuentro personal con Cristo