Una poderosa novena a san José está uniendo a muchísimas personas en torno al hombre que protegió y se ocupó de Jesús como un padre responsable y lleno de amor. ¿Quieres hacerla? Cuarto día, oración inicial:
1. Palabras del Evangelio
Hijo… tu padre y yo te buscábamos (Lc 2,48)
Descendió Jesús con ellos, fue a Nazaret y les estaba sumiso (Lc 2,50)
2. Palabras del Magisterio de la Iglesia
José era la legítima cabeza visible de aquel divino hogar; custodiaba, proveía, defendía a los suyos. Perseveró hasta su muerte en el desempeño de su misión. Puso toda su alma en atender, con amor y asidua constancia, a su esposa y a su Hijo; trabajando conseguía alimento y vestido; los protegió de los peligros tramados por la envidia del rey Herodes, conduciéndolos a seguro refugio; para la Virgen y el Niño Jesús, en el penoso camino hacia el destierro, fue compañero, alivio, consuelo (León XIII, Qua mquam Pluries)
3. Reflexión
- ¿Me preocupo de las necesidades de los de más? ¿Percibo tanto las necesidades materiales como las espirituales?
- ¿A quién puedo ayudar hoy? ¿Qué puedo hacer constantemente por esa persona?
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