18.000 kilómetros hasta llegar a Filadelfia, Encuentro Mundial de las Familias
Una familia argentina decidió dejarlo todo por un sueño: en pocos días se subirán a una combi 1980 y recorrerán 18.000 kilómetros hasta llegar a Filadelfia, donde el papa Francisco estará en septiembre para presidir el Encuentro Mundial de las Familias.
Alfredo “Catire” Walker, su mujer Noël Zemborain y sus hijos Cala, Dimas, Mía y Carmin quieren celebrar la vida, “salir al encuentro de las demás familias” y difundir el mensaje de la cita mundial del Santo Padre con las familias de todo el mundo.
Catire y Nöel no son hippies ni nada parecido: para cumplir su sueño de tener un prolongado viaje familiar debieron dejar la casa que alquilaban y renunciar a sus trabajos. Él es gastronómico, mientras que ella es comunicadora social. Sus tres hijos más grandes, de entre 5 y 12 años, continuarán la escuela a distancia.
¿Por qué este viaje, y por qué al Encuentro Mundial de las Familias?
Nosotros teníamos la idea de hacer un viaje largo, pero lo pensábamos hacer cuando los chicos fueran grandes. Un día de agosto, tomando mate en una plaza, hablamos de este sueño y se nos vino la idea de hacerlo ahora, con los chicos, transformándolo en un viaje familiar. Le dimos vueltas -incluso averiguamos cuánto valía una casa rodante, y casi de casualidad, nos encontramos con el Encuentro Mundial de las Familias. Ahí nos cerró todo.
Alfredo –o Catire, como lo llaman todos- participó de la Jornada Mundial de la Juventud de París en 1997, presidida por el papa Juan Pablo II. Conocían de estos encuentros juveniles, pero no sabían que existía una convocatoria homóloga para familias. “Al descubrir el encuentro, nos cerró el viaje”.
La joven pareja, que lleva 13 años de matrimonio, se define como “una familia normal, con la que muchos se podrían identificar”. Van a misa los domingos, algunas veces a la parroquia Espíritu Santo, de San Isidro, a veces a otras. Luego de un retiro espiritual para matrimonios, entraron en relación con “Hacer Crecer”, una fundación dedicada al acompañamiento espiritual y la formación de jóvenes con vocación al matrimonio y la familia. Reconocen que su viaje tendrá un costado misionero.
¿Qué buscan con este viaje para toda la familia?
Queremos celebrar la familia, darnos un año, un regalo para tener tiempo para nosotros, para la familia, que es nuestra prioridad. Esto va acompañado de lo que implica también dejar todo. Nosotros tenemos una vida muy similar a muchas otras familias, con trabajo, con la escuela para los chicos, con tratar de llegar a fin de mes… ¡No es que somos hippies y nos dedicamos a hacer estas cosas! Tomamos decisiones que te dan un poco de miedo, como dejar la casa, renunciar al trabajo, pero nos animamos.
¿Cuándo definieron el viaje?
Comprar la combi fue un punto de inflexión. Eso fue por octubre, pero a nuestros hijos les dijimos en Navidad. Cuando lo empezamos a anunciar, cuando lo empezamos a comunicar, comenzó a tomar dimensión y bajar a la realidad.
¿Y qué repercusión genera eso en la gente?
La gente se sorprende, pero también nos anima. Siempre hay una sorpresa, pero positiva. La verdad que tuvimos muchísimo apoyo. Nos pasa también que hay gente que se ha animado a hacer cosas a partir de nuestra experiencia. Esto nos está pasando ahora, sin haber recorrrido un kilómetro.
La salida
La familia Walker viajará durante siete meses por el continente americano. Saldrán la próxima semana desde San Fernando, pero antes prevén pasar por la basílica de Luján, donde el padre Gustavo Antico, secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Laicos y Familia (Celaf), celebrará este domingo 8 de marzo, a las 11, una misa de envío.