Una guía para rezar con la Escritura esta Cuaresma
LECTIO DIVINA MIERCOLES III SEMANA DE CUARESMA CICLO B |
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén
TEXTO BIBLICO: Mateo 5, 17-19 «No vine para abolir, sino para cumplir» |
5,17: No piensen que he venido a abolir la ley o los profetas. No vine para abolir, sino para cumplir.
5,18: Les aseguro que mientras duren el cielo y la tierra, ni una «i» ni una coma de la ley dejará de realizarse.
5,19: Por tanto, quien quebrante el más mínimo de estos mandamientos y enseñe a otros a hacerlo será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero quien lo cumpla y lo enseñe será considerado grande en el reino de los cielos.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
LECTURA: ¿Qué dice el texto? |
Jesús deja en claro que no ha venido a abolir ni a destruir la Ley, ni los Profetas, sino a dar cumplimiento. La Ley, es lo que el pueblo judío denomina la Torá, los primeros cinco libros, el pentateuco, su contenido repasa la historia del pueblo de Israel, y le da las características que ha ido adoptando, históricamente y culturalmente a través de sus normas. Es lo más sagrado que tienen.
Jesús insiste en que no cambia el contenido de la Ley, no modifica su letra, sino que la lleva a su plenitud, a partir del mandamiento nuevo del amor. Esta es la plenitud de la Ley: el amor. Cumplir con ella, en esta máxima expresión, significa lograr un lugar en el cielo, y no cumplir el más pequeño de sus mandamientos, es buscar el último lugar en el reino de los cielos.
La justicia, es decir las obras y prácticas de nuestra vida, que nos identifican como cristianos, deben ser superiores a la de los letrados y fariseos, no olvidemos que estos eran los grandes conocedores de la Ley. Por lo tanto no se trata en ser eruditos de la Ley, o conocerla y recitarla de memoria, sino que depende de la disposición interior, a llevarla a la vida exterior, vivir y hacer vida la “letra” de la Ley.
MEDITACION: ¿Qué me dice a mí el texto? |
Nos preguntamos para profundizar en nuestra vida estas palabras de Salvación:
- ¿Suelo caer en mi vida de Fe, en una constante practica de prescripciones, pero en ellos no busco el sentido superior? ¿Son para mí los mandamientos una carga pesada que me limita, o en el cumplimiento de ellos encuentro libertad?
- ¿En mi vida pastoral, suelo caer en la tentación de enseñar y hacer observar a los demás, aquello que en lo personal no practico? ¿Vivo conforme a lo que creo?
- ¿Entiendo que tengo que ser coherente en mi vida de Fe, para que mi testimonio sirva de ejemplo a los demás? ¿Enseño aquello que conocí y experimente en mi vida de Fe? ¿Cómo lo hago?
ORACION: ¿Qué le digo yo al Señor? |
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero.
- Gracias Señor por tu Palabra Salvadora que se revela al mundo.
- Señor que pueda vivir conforme a tus mandamientos, y en ellos encuentre mi plenitud de vida.
- Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Añadimos unas intenciones de oración.
CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo el texto? |
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del texto para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón:
«No vine para abolir, sino para cumplir» (Versículo 17)
Y de esta forma nos ponemos en contemplación.
ACCION: ¿A qué me comprometo? |
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Mi agradecimiento por creer en Jesús, se manifiesta con llevar la alegría cristiana a los demás. Que los demás puedan conocer también a Cristo por mi alegría y testimonio de encuentro con Cristo.
Hno Ricardo Grzona, frp y Cristian Buiani