El Pontífice pide “rechazar la violencia y respetar la dignidad de cada persona y la sacralidad de la vida humana”
Ante las protestas que se realizaron durante los primeros meses del año 2014 en Venezuela, que culminaron con la fuerte represión y el encarcelamiento de cientos de estudiantes y algunos dirigentes políticos de la oposición, el Papa Francisco se dirigió el día 10 de Abril del 2014, por vez primera y de modo personal, al presidente Maduro y a los distintos líderes que hacen vida política en el país.
Hizo un claro llamado al reconocimiento mutuo y a la búsqueda del bien común para que cese la violencia. El Papa aseveró, en ese entonces: "Soy consciente de la inquietud y del dolor vividos por tantas personas y, mientras manifiesto preocupación por cuanto está ocurriendo, renuevo mi afecto por todos los venezolanos, en particular por las víctimas de la violencia y por sus familias".
"Anhelo vivamente que cesen cuanto antes las violencias y hostilidades y que todo el pueblo venezolano, comenzando por los responsables políticos e institucionales, no escatimen esfuerzos para favorecer la reconciliación nacional a través del perdón mutuo y del diálogo sincero en el respeto de la verdad y de la justicia capaces de afrontar temas concretos por el bien común", declaró unos días antes, el 26 de febrero de 2014 durante una audiencia general.
Esta solidaridad con las víctimas se hizo presente, nuevamente, este pasado domingo 1 de marzo (2015), cuando sorprendió a la comunidad internacional al referirse a Venezuela durante la oración del Angelus.
Esta vez denunció la muerte de otro estudiante, Kluivert Roa, de sólo 14 años de edad, quien fue asesinado de un tiro por un oficial de la Policía Nacional Bolivariana.
Ante estos nuevos hechos de represión y violencia que sacuden al país, el Papa recordó en sus oraciones "a Venezuela, que está viviendo nuevamente momentos de aguda tensión", precisando: "rezo por las víctimas, en particular por el joven asesinado hace pocos días en San Cristobal".
Nuevamente su mensaje está dirigido a las autoridades políticas y a todos los responsables de la conducción del país, con el fin de "rechazar la violencia y respetar la dignidad de cada persona y la sacralidad de la vida humana".
Estos acontecimientos dramáticos a los que se refirió el Papa, se suman también al encarcelamiento de varios líderes de la oposición venezolana y la aprobación de la nueva ley que permite el uso de armas de fuego en manifestaciones públicas.
Por eso, el Papa terminó su mensaje invitando "a que se retome un camino común para el bien del país, reabriendo espacios de encuentro y de diálogo sincero y constructivo". De otro modo, la violencia seguirá robándole el futuro a tantos jóvenes que sólo quieren construir un mejor país donde puedan caber todos, sin tener que padecer la discriminación política e ideológica que se vive actualmente.