Prosperidad para los ciudadanos centroamericanos, y así evitar las migraciones hacia EEUU
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras, junto al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mantuvieron una reunión en Ciudad de Guatemala para impulsar el Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte.
Durante la actividad de trabajo, se definieron los Lineamientos del Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte que guiarán las acciones prioritarias de mediano plazo destinadas a crear las condiciones de desarrollo que eviten la migración en los tres países centroamericanos, entre ellas la creación de 600.000 empleos.
El plan apunta sustancialmente a dinamizar el sector productivo para crear oportunidades económicas y desarrollar el capital humano, mejorar la seguridad ciudadana y el acceso a la justicia, fortalecer las instituciones para aumentar la confianza de la población en el Estado.
“El tema migratorio en los países del norte de Centroamérica tiene una alta prioridad en las agendas de nuestros gobiernos, ya que un alto porcentaje de nuestra población ha tenido que migrar”, dijo el presidente guatemalteco Pérez Molina tras el primer encuentro con Biden. El mandatario recordó que el año pasado “68 mil 500 menores salieron de nuestras comunidades generando una crisis humanitaria sin precedentes en nuestro hemisferio”, lo que motivó la generación de este Plan.
Por su lado, Luis Alberto Moreno, presidente del BID, dijo en un comunicado de prensa que la Alianza tiene liderazgo pues los presidentes centroamericanos han trabajado en conjunto para diseñarlo y que este puede generar incluso 600 mil empleos en la región: “Que trabajen conjuntamente para superar el desafío de la inseguridad, el tráfico de personas y la extorsión”.
El objetivo es desarrollar un plan de inversiones para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos centroamericanos, y así evitar que continúen las migraciones masivas hacia Estados Unidos. El plan surgió a raíz del incremento y la crisis de menores viajando solos a los Estados Unidos, con intención de migrar, a mediados del 2014. Estadísticas oficiales centroamericanas indican que un 9% de la población de la región ha decidido migrar y Estados Unidos es el principal destino. Las razones más importantes para tal migración van desde la reunificación familiar, la falta de oportunidades económicas y laborales y la creciente violencia.
El Triángulo Norte, conformado por Guatemala, El Salvador y Honduras, es considerado una de las áreas sin conflictos armados más violentas del mundo debido, entre otros, al crimen organizado y las pandillas.
Las cifras exactas sobre el costo del plan todavía no se conocen. Se supo que el Gobierno del presidente Barack Obama ha solicitado al Congreso 1.000 millones de dólares para el próximo año, según informó Biden en una conferencia de prensa. Suma a la que se unirá el esfuerzo económico de los países del Triángulo Norte.
Pérez Molina explicó que se establecieron tres principios clave para ejecutar el plan. Cada país asumirá el compromiso de aplicar el plan como política de Estado, que trascienda los mandatos de gobierno, priorizando además la inversión de los recursos en los municipios desde donde es más alto el nivel de migrantes. Los gobiernos del Triángulo Norte se comprometerían a invertir una cantidad de recursos igual o mayor que la ayuda que recibirán de los Estados Unidos al tiempo que el plan contará con la colaboración entre el sector público y el privado.
En su discurso, Biden se manifestó optimista y destacó la necesidad de la voluntad política de aplicar el plan. El vicepresidente estadounidense resaltó la necesidad de fortalecer la seguridad y la justicia, mejorar los mecanismos transparencia y la recaudación, establecer normas claras y aplicar medidas de protección para los inversionistas.
Artículo originalmente publicado por Ciudad Nueva