El siempre interesante director alemán Oliver Hirschbiegel, después de sus apuestas más comerciales como Diana o Cinco minutos de gloria, vuelve a la revisión histórica que tanto éxito internacional le cosechó con El hundimiento.
Presentada en el Festival de Berlín, la película está basada en hechos reales y relata la historia del intento de asesinato de Adolf Hitler en el Bürgerbräukeller de Munich el 8 de noviembre de 1939 por parte de Johann Georg Elser.
Se trataba de un carpintero convencido de que era moramente imprescindible eliminar a Hitler, y sin pertenecer a ningún grupo organizado, por su cuenta, y en base a sus conocimientos técnicos, intentó frustradamente matar a Hitler y a otros jefes del partido nazi.
Tras ser detenido, el encargado de los interrogatorios fue Arthur Nebe, un alto cargo de las SS, que más tarde participaría de la conspiración contra Hitler conocida como Operación Valkiria. Elser estuvo recluido durante cinco años en el campo de concentración de Dachau.
Este interesante episodio de la historia está contado con buen pulso por Hirschbiegel, y sostenida con autenticidad por Christian Friedel en el papel de Elser y Burghart Klaußner como Arthur Nebe.
La película es muy sobria y precisa en la puesta en escena, no busca efectismos ni momentos melodramáticos, sino la desnudez transparente de los hechos fríamente expuestos. En ese sentido, a algunos espectadores les puede resultar una película distante emocionalmente, a pesar de la crudeza casi documental con la que nos muestran las torturas.
El retrato del protagonista es el de un hombre cristiano, que recurre al tiranicidio por convicción moral. De hecho, la muerte de inocentes que conllevó su atentado es algo que le duele y le pesa en la conciencia. La narración, atravesada de flashbacks, nos va dando pinceladas de su biografía, de su complicada historia amorosa y de su peculiar y bohemia forma de vivir.
Por su parte, el personaje secundario de Arthur Nebe es también interesante, porque a diferencia del Jefe de la Gestapo, cree que Nebe dice la verdad cuando afirmar trabajar en solitario, y parece albergar una secreta admiración por un hombre tan libre y tan valiente a pesar de su evidente fragilidad.